Una de las novedades del mes de mayo, quizás la más curiosa y llamativa es Cochrane vs Cthulhu, del escritor chileno Gilberto Villarroel. Esta es su primera novela, Villarroel es periodista, cineasta, además de ser editor y autor de libros. Ha trabajado como guionista y en el año 2016, produjo y escribió la serie documental “Lord Cochrane, capitán de mar y tierra”.
Al inicio del libro, se detalla con mucha dedicación el imponente castillo de Fort Boyard, ubicado al sureste de Francia en medio del Océano Atlántico. Lugar donde se desarrollará la contienda entre el escocés Lord Cochrane y Cthulhu. Aunque Cochrane, conocido como “El Diablo”, no estará solo. Luego de ser capturado junto con sus hombres, por los franceses a cargo del castillo, ambos bandos tendrán que unir fuerzas ante un enemigo común, Cthulhu.
Debido a la fama en batalla y acrobacias militares de Cochrane, los franceses comandados por Loïc Eonet, capitán de dragones de la Guardia Imperial de Napoleón I, tendrán extremo cuidado con quizás sea el prisionero de guerra más valioso en los tiempos que transcurren. Para evitar un ataque sorpresa, el capitán Eonet, mandará una patrulla en busca de más ingleses. Cuando el capitán divise el bote de sus hombres a la deriva, acercándose a ellos, encontrará el horror. Cuerpos mutilados en un baño de sangre. Esto dará comienzo a la incertidumbre, el temible miedo a lo desconocido. El más intenso y más antiguo de todos los miedos, según H. P. Lovecraft, escritor creador de la figura de Cthulhu, citado al comienzo del libro por Villarroel.
Este es un extracto de la primera de las tres partes que dividen al libro:
“El capitán Eonet avanzó como pudo, arrastrando los grilletes oxidados, para situarse entre Lord Cochrane y el atacante, quien se agachó como si fuese un toro a punto de embestir. Mientras tanto Lord Cochrane, siempre con el fusil atado a las manos, se contorsionaba buscando una posición que le permitiese abrir con esa única llave la cerradura de los grilletes de sus pies”.
Existe un notable contexto histórico real detrás del protagonista del libro, Thomas Cochrane. El cual fue uno de los marinos más famosos y audaces de la época. Luego de ser dado de baja por la marina británica, un representante chileno logró convencerlo de ir al país para ayudar con la independencia de Chile, con Bernardo O’Higgins que se encontraba al mando. Así que sí señores, el gran Lord Cochrane luchador de dioses, por si no lo sabían, contribuyó al país que somos ahora ¿No es genial?
Volviendo al libro, el autor logra transmitir el realismo que tiene la novela histórica y logra la unión con la fantasía que entrega el mítico mundo de Cthulhu. Con un comienzo de historia que se apodera del lector como si fuera una adicción. De hecho, yo tenía dudas sobre cómo iba este libro a juntar a un marino y a una criatura, cada uno famoso por su nombre, en una aventura nunca antes contada. Al principio pensé que era un disparate, pero luego poco a poco, empecé a leer y escuchar buenos comentarios y ya era una obligación sacarme la duda. Y vaya, vaya que buena impresión me lleve.
La acción y suspenso que tiene el libro, logran transmitir la fuerza con que Cochrane está dispuesto a luchar para sobrevivir. Una lucha que no distingue naciones, sino que especies. Los personajes fuera del magnífico Cochrane, como el capitán Eonet y más, logran contagiar al lector de miedo, adrenalina, la pasión de querer pelear y sobrevivir una noche más.
La escritura de Villarroel, atrapa con mucha facilidad al lector a su propio universo literario. Cada giro de la trama está perfectamente explicado tanto explícitamente como no. Los detalles descritos por el autor, definen muy bien las reacciones de los personajes, qué piensan, qué es lo que planean hacer, reacciones humanas y fáciles de empatizar. Sobre todo, cuando se está luchando contra la adversidad.
¿Si lo recomiendo? Bueno, si ya llegaron hasta aquí leyéndome, es claro que perderse este libro será mucho más que un arrepentimiento. Porque pocas veces, una historia con antecedentes tanto históricos como literarios, han estado tan bien escritos. No me cuesta imaginar este libro convertido en una serie de televisión o una adaptación cinematográfica, realmente es una historia imperdible.
Por Constanza Lobos