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11/06/17

[Reseña cine] La película Pokémon ¡Yo te Elijo!: Un homenaje a lo mejor de la serie

Soy de la generación Pokémon. Mi infancia está fundada con todo el boom de la serie original, de las primeras películas, y de todo el material de marketing que tan bien vendía en esos años (tal como tazos, álbumes, etc.) No fue algo que duró hasta traspasar la adolescencia, especialmente por haber perdido el interés en el camino que tomaron las temporadas posteriores, pero un bicho nostálgico nunca me abandonó. Por eso, el evento conmemorativo de estos 20 años de existencia llamaría mi atención de manera instantánea, fuera para bien o para mal. Se trata de La película Pokémon: ¡Yo te Elijo!, un recordatorio de los inicios del viaje de Ash de Pueblo Paleta en su camino por convertirse en Maestro Pokémon, pero en formato de largometraje.


Muchas cosas han cambiado, desde lo visual hasta las infinitas generaciones que añaden más y más criaturas. Pero quizás lo que más perdió la serie con los años estaba puesto en esos capítulos memorables, emotivos y muy lejos de lo que terminaría siendo una fórmula repetitiva. Si estás familiarizado con este mundo, recordarás numerosos momentos de la serie que apelaban a esa emoción de manera muy efectiva. Lo de Pikachu o Charmander son sólo algunos de ellos, y disponer de esa experiencia cambia tu forma de enfrentarte a este nuevo “gran episodio”, porque hay una intención clara de replicar esos momentos desde una mirada ligeramente diferente. 

Se comienza narrando desde el primer día de Ash al obtener su primer Pokémon, pero lo primero que llama la atención es la omisión a los personajes de Misty y Brock. Una polémica que dividió a los fans, pero la cual encuentra su justificación. Porque una de las gracias de esta especie de adaptación es que no es propiamente una adaptación, ya que pese a recoger todos esos elementos reconocibles, es capaz de crear una historia relativamente nueva. Se puede definir como una extensión del comienzo del viaje de Ash, pero en un mundo paralelo, donde es posible apreciar variadas diferencias. En esas novedades, aparecen dos inéditos personajes, los cuales me gustaron y quienes terminan uniéndose a una aventura que equilibra la intimidad de la relación de un entrenador-pokémon con el factor mitológico.


Cada película de Pokémon toca alguno de los legendarios, y hoy no es la excepción. No tiene sentido revelar toda esa información en la reseña, pero una de las historias más misteriosas y poco profundizadas era la de Ho-Ho, y en esta oportunidad termina siendo la base de un conflicto más contenido en el desarrollo de Ash que de la típica necesidad de salvar el mundo. Es un personaje que conocemos bien, y en el fondo es el mismo de siempre, pero acá se aprovecha el tiempo disponible para humanizarlo más. Quizás demasiado desde lo explícito, pero lo importante es que la evolución del personaje se siente coherente y enfatiza más en su inmadurez que derechamente en su idiotez. Sumando eso a todas las escenas rompecorazones que esperábamos ver, pero con unas visuales mucho más coloridas y trabajadas desde la mezcla del 2D con el 3D permite que la película funcione y cumpla más de un objetivo.


Hay que dejar en claro que no logra el nivel de complejidad ni cohesión narrativa de la primera película del 1998, la cual posee un carácter oscuro y poco infantil. Por el contrario, La película Pokémon: ¡Yo te Elijo! tiene seriedad, pero más suavizada. Se caracteriza por ser una fuente de buenos recuerdos, pero con la suficiente frescura como para no aburrir a los más experimentados, además de usar los típicos estímulos humorísticos y de acción para atraer a los más pequeños a este mundo violento pero que prioriza las enseñanzas, tal como ha buscado el animé en sus mejores pasajes. Hace poco tiempo un especial llamado “Pokémon Origins” nos demostró que aún podían hacerse cosas interesantes con la franquicia, en ese caso replicando la experiencia de los juegos de una manera más realista y madura. El efecto de hoy ya no es el mismo, el recortar una experiencia que tan bien funcionaba en una serie tampoco va a tener el mismo impacto emocional que uno podría querer, pero un homenaje hecho con cariño siempre es algo positivo, y hasta las animaciones de los créditos finales están hechas para sacarle sonrisas a cualquier fan de Pokémon, un lugar que no creo haber abandonado por completo.


Por Andrés Leiva

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