Lo que nos cautivó en la primera temporada: una familia disfuncional, un matrimonio irrisorio, competencias entre agentes inmobiliarios y claro, una mujer zombie; ha vuelto.
El final de temporada de la anterior fue extraño, no parecía ser un cierre si no más bien, otro capítulo más. Eso se arregló en esta ocasión, otorgándonos una conclusión de lo más graciosa e irreverente.