La vida de Violeta Parra resulta ser grandiosa en muchos aspectos. Poseedora de una genialidad exorbitante, su figura se ha erigido como una de las artistas más importantes de nuestro país. A pesar de esta genialidad inconmensurable, llevaba a cuestas el tormento de aquellos pasajes oscuros y tristes (algunos desconocidos de la esfera pública) que nos muestran la intensidad de su vida entera. El ímpetu no solo aparece en su obra, sino que también en todos los rincones posibles de su vida personal.
Es de conocimiento popular y cultural su música, su trabajo artístico como bordadora en arpillera, como también su carácter difícil y lo desafiante que podía llegar a ser. Sin embargo, desconocemos el contexto de la Violeta, aquel tiempo histórico y social que fue escenario de su vida y cómo este afectó la mayoría de su obra y vida personal.
En la travesía de desenredar la madeja de la vida de Violeta Parra, se embarca Víctor Herrero en Después de vivir un siglo: una biografía de Violeta Parra. Un libro tan apasionante como antojadizo, pues la historia social y política de su tiempo, el funcionamiento familiar en la que creció no sólo son descritas y estudiadas meticulosamente, sino que también nos dan muestra de la influencia directa que tuvieron en la conformación de la Violeta humilde, aquella que quería vivir de la simpleza de sus canciones y sus creaciones artísticas. No obstante, esa simpleza no iba de la mano con los deseos que tenía: no sólo mostrar el folclor chileno a nivel internacional, sino que crear un espacio reservado para la cultura y tradició