¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que define el género de terror en la literatura? H.P. Lovecraft decía que “la emoción más antigua y más fuerte de la humanidad es el miedo, y el tipo más antiguo y más fuerte de miedo es el miedo a lo desconocido”. Y claramente no se equivocaba: Lovecraft supo hacer hincapié en esa afirmación para escribir algunos de los libros de terror más emblemáticos de la literatura.

El género de terror (o de horror) tiene como finalidad la de asustarnos y hacernos pasar por sensaciones de miedo, incertidumbre, angustia y ansiedad —algo nada fácil de lograr de manera efectiva porque cada quien tiene miedos, inquietudes o fobias diferentes— y esto implica no solo tener una fina intuición psicológica, sino también manejar a perfección el arte de la narración. Si bien en latinoamérica el género tiene una tradición menos antigua, en los últimos años ha habido un auténtico boom de novelas de terror escritas por mujeres. Y es que la literatura de terror tiene la peculiaridad de permitir explorar el entorno social y político, adentrarse en lo más íntimo del ser humano y cuestionar la naturaleza de las relaciones personales. Permite hablar de miedos colectivos a partir de inquietudes individuales; representar situaciones locales oscuras, historias de legados históricos turbios, herencias traumáticas, personajes lúgubres, creando así una “narrativa de lo inusual”. En varios países de Latinoamérica, de México a Argentina, pasando por Bolivia y Ecuador, el género tomó un nuevo giro y un buen número de escritoras han recurrido a la fantasía, el horror y lo desconocido para expresar críticas sobre los problemas sociales y políticos.