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6/20/19

[Reseña cine] Toy Story 4: Gracias por tanto Disney-Pixar

Y al fin llegó lo que muchos estábamos esperando… ¡Ya se encuentra en cartelera Toy Story 4! Cuando todos pensábamos que la historia de estos queridos juguetes se había terminado con la tercera entrega, nos dan la sorpresa que nos volveríamos a reencontrar con ellos después de nueve años, imposible no sentir emoción, pero, después de haber sido testigos de un final perfecto en Toy Story 3, ¿no sería abusar y exprimir más de la cuenta esta franquicia?, no hay duda de que Pixar no nos fallaría, de seguro nos presentaría un espectáculo visual de excelencia, lo mismo en cuanto a originalidad, ya que cuando de ingenio se trata, este estudio cinematográfico siempre se las trae, pero lograr estar a la altura de sus antecesoras y conquistar nuevamente a los espectadores era definitivamente el gran desafío, muchas expectativas con las que cumplir. No los mantendré más en la duda, déjenme contarles que Toy Story 4 es maravillosa, realmente notable, Josh Cooley dirigiendo la cinta, junto a Andrew Stanton en colaboración con Stephany Folsom a cargo del guion, logran que esta entrega sea una secuela que se haga sentir necesaria para completar la historia de estos juguetes, sobre todo para Woody.


En la tercera entrega nos quedamos con un Andy, ya mayor, cediendo sus juguetes a una pequeña Bonnie, una despedida que de seguro a muchos les hizo soltar más de alguna lágrima, en esta escena final Andy le menciona a Bonnie que lo que hace especial a Woody es que nunca la abandonará y estará con ella pase lo que pase. En Toy Story 4, Woody cumple la promesa de Andy y se encarga de velar por el bienestar de esta pequeñita, a pesar de ya no ser el “juguete favorito” como siempre lo fue, así que cuando Bonnie crea su propio juguete al cual llama Forky, el vaquero se propone lograr que este entienda lo afortunado que es al ser el juguete favorito de un niño y sobre todo, la importancia de tener un niño a quien cuidar.


Pixar no decepciona, se pega un salto enorme en cuanto a lo que es animación y no deja de revolucionar la industria a lo que tecnicismos se refiere, desde el minuto uno de la cinta el espectador se percata de que no se desilusionará de lo que el estudio ha logrado. Es interesante lo que genera esta última entrega, ya que no se siente forzada, por el contrario, una nueva oportunidad de disfrutar de los personajes y sobre todo, una nueva oportunidad para Woody, con un giro argumental de estos amigos inseparables que quizás muchos no se esperan, pero que los sorprenderá gratamente. 

En el idioma original nuevamente Tom Hanks es el encargado de darle voz a Woody, Tim Allen a Buzz Lightyear y se suman además nuevas voces, como Keanu Reeves dándole vida a Caboom, Jordan Peele y Keegan-Michael Key a dos peluches que les sacará más de alguna carcajada. Se volverán a encontrar con los clásicos juguetes de la historia, pero los nuevos personajes secundarios también los sorprenderán.

Esta última entrega viene a mejorar aún más la historia, trae consigo un montón de mensajes respecto a la lealtad, las segundas oportunidades, a las despedidas y aprender a cerrar ciclos. Disfrutable de principio a fin, se reirán a carcajadas en más de alguna oportunidad y también se emocionarán, esto es inevitable.


Ya son 24 años desde que fuimos espectadores de la primera película de la franquicia, por primera vez una cinta de animación nos mostraba la importancia del vínculo entre los niños y sus juguetes, acompañó a toda una generación, Andy fue creciendo junto a muchos espectadores a la vez que nos robaba el corazón y es por lo que Toy Story será inolvidable. Ahora podemos finalmente decir “adiós vaquero” con el corazón lleno y cómo no; gracias por tanto Pixar.


Por Camila Toro F.

[Reseña cine] La desaparición: La desgracia en su máxima expresión

Esta es la historia de tres fareros que por casualidad descubren un bote encallado en una isla inhabitada, junto a un hombre inconsciente y un baúl. Lo que no saben es que el contenido de este terminará por arrastrarlos a un thriller sin escape posible, donde la ambición y la culpa se vuelve una combinación mortal. Es un drama claustrofóbico que escarba en la desgracia de sus personajes, con una sucesión de eventos desafortunados que no augura nada bueno para nuestros protagonistas. Este trío de hombres de distintas edades vive con distintas aspiraciones y remordimientos, y cuando las cosas comienzan a salirse de control, la locura vestida de paranoia aparece para recordarte que las cosas siempre pueden ser peores.


La película se toma bastante tiempo para construir su atmósfera. Nunca apresura el ritmo, pero eso permite a los personajes crecer y mostrar sus capas. Es una experiencia desoladora, violenta en más de una forma. Y un buen soporte actoral ayuda a que la sensación de tensión funcione de gran manera. Esta propuesta encerrada en un tono tan dramático no es siempre positiva, a momentos tiende a volverse tediosa y sin lograr que su final crezca de la forma en que hubiera esperado, pero por otro lado la dirección de Kristoffer Nyholm te permite disfrutar de todos los grises de tal isla desolada, lo que incluye esos silencios tan necesarios para una película que siempre está cerca de la histeria de los protagonistas. No estamos ante una historia de héroes inocentes, más bien se aproxima a lo que implica tomar una mala decisión, y por eso mismo su gracia no está en el misterio del desenlace, el valor mayor es descubrir lo que pudo haber llevado a estas personas a romper su moral de unas maneras inimaginables, y en ese objetivo la película cumple con creces. Pueden encontrar funciones de La Desaparición en en Cinehoyts, Cinemark, Cineplanet y El Biógrafo.


Por Andrés Leiva

6/15/19

[Reseña cine] Ni en tus sueños: Comedia romántica bien hecha

Fred Flarsky (Seth Rogen), es el típico periodista idealista y talentoso que cuando escribe sobre algún caso de corrupción lo hace con humor ácido que no teme a la autoridad ni a la opinión pública. Charlotte Field (Charlize Theron), es la secretaría de Estado de la presidencia actual, es inteligente, recatada y sabe cuando ceder para llegar a un acuerdo. Ambos no tienen nada en común, pero Fred se enamoró de ella cuando fue su niñera hace muchos años atrás. Cuando se reencuentren por cosas del azar, la comedia y el romance surgirá por naturaleza.


El director Jonathan Levine, es conocido por su trabajo en 50/50 y Mi novio es un zombie. En ambas películas se trasluce un trato a la comedia que intenta alejarse del cliché e incluso aprovecharlo cuando se necesita, pero reconociéndolo como tal. Es esa dirección que logra volver a Ni en tus sueños en algo cálido y astuto, el guion se sabe aprovechar aún cuando caiga en los típicos desenlaces que se esperan de las comedias románticas.

Seth Rogen es conocido por cómo se desenvuelve en comedias, el humor de golpes dolorosos, actos asquerosos y mucha autocrítica y sabotaje para hacer reír al espectador. En contraste, Charlize Theron es una reconocida gran actriz ganadora del Oscar que parece no tener géneros en los que trabaje mal. La sutil fuerza de Theron en taclear a cualquier personaje hace que no esperemos más que buenos trabajos.


Ambos actores funcionan como dupla, la química es genial. A ella le creemos que se enamorará del tipo barbudo y roñoso que conocía de antes, solo por su personalidad, ingenio y humor. Mientras que a él le compramos que sea capaz de encantar a una mujer fuerte, inteligente y ambiciosa. Es creíble, gusta a la vista y, sobre todo, en contenido. Es esencial que ninguno busque ser el personaje odioso, al contrario, ambos se escuchan, se entienden e inclusive se apoyan en los momentos más difíciles (no hay espacio para relaciones tóxicas).

Otro gran punto por destacar es el subtono feminista. Para estas alturas del partido, los guiños no convencen mucho al público, pero es en Ni en tus sueños que vemos de frente a un personaje – al de Theron- enfrentándose a las problemáticas de género y poder, de cómo siendo mujer debe probar su valía constantemente. No mostrando debilidad, pero tampoco viéndose sensible ni llorona. De hecho, en el clímax se produce una escena que confirma que esto no es solo por buena publicidad, sino que por buen cine.

En fin, es una película que hará reír a todos, pero que más allá de eso es una buena historia de amor. 


Por Constanza Lobos

[Reseña cine] Ella es Cristina: Gonzalo Maza debuta con el pie derecho

Gonzalo Maza, guionista de Gloria (2013) y Una Mujer Fantástica (2017) debuta en dirección con esta comedia que trae varias sorpresas. Cristina es básicamente la amiga que no se da cuenta, debiendo enfrentar las consecuencias de haberse peleado con su mejor amiga Susana, y todo por sostener una relación tóxica. Es una especie de humorada en torno a lo que es una búsqueda errada y encerrada en el mundo artístico, pero donde se esconde una crítica afinada hacia lo que lleva el abuso de poder. La película se divide en tres episodios que van mostrando en paralelo los percances de este súper dúo de amigas. Cristina está a cargo de Mariana Derderián. Tras Susana está el debut actoral de Paloma Salas, y ambas cumplen de gran manera en sus respectivos papeles. Hay una química que le da una sustancia real a las escenas en que comparten diálogos, pero durante el resto de la película se las arreglan para que un conflicto aparentemente liviano se apropie de nuestro interés con carácter y mucha simpatía.


Por supuesto que el humor cotidiano y directo de Paloma Salas (al venir del mundo del stand-up comedy) es de lo que más destaca en toda la película, pero hay que rescatar que su protagonismo se siente siempre acorde al personaje y con una actuación que nunca llega a ser forzada. Así mismo, el resto del elenco es de primera línea; Néstor Cantillana, Roberto Farías, Claudia Caledón y Alejandro Goic son quienes llevan todo el relato por buenos lugares, esencialmente divertidos, pero también frustrantes en su fondo. Esta es una historia que se arriesga a proponer un mundo cargado de arte e ironía por hacer que los personajes caigan fácilmente donde no queremos, y usa un gran número de recursos para lograrlo. El gusto por tener una paleta de color en blanco y negro, o una banda sonora que se hace tan protagonista de las escenas que me recordaron ‘Birdman (2014)’ es efectivo, a momentos bello, pero no siempre se acopla del todo. Aún así, ver Ella es Cristina es enriquecedor por la forma en que aborda lo esencial de las amistades. No se la pierdan.


Por Andrés Leiva

[Reseña cine] La viuda: Soledad, obsesión y suspenso



La historia parte bastante simple. Una chica encuentra un bolso en el metro de New York y decide devolverlo. Cuando lo hace, se encuentra con una mujer solitaria, a la que solo le queda la música para acompañarse. La chica siente compasión por la mujer y decide verla más seguido, pasear con ella y conversar de quienes han perdido. El problema, es que la mujer no es lo que aparenta.


El thriller protagonizado por Chloë G. Moretz (Frances) e Isabelle Huppert (Greta) logra tener al público en suspenso a lo largo de la película, ya que llega a ser un callejón sin salida para el personaje de Chloë y eso te mantiene enganchado.


En términos estéticos, la película genera una atmósfera oscura, usando muchas escenas del metro (lo cual recuerda un poco a “La chica del tren”), casas antiguas, la ciudad de noche, entre otras. Además, cuenta con el inconfundible toque de música de suspenso, pero lo combina con música clásica, añadiendo un toque particularmente inquietante.


La viuda es una película para los amantes del suspenso que quieren ver una historia distinta, donde se confunde el amor con obsesión, la preocupación con dependencia y la soledad con la necesidad de no estar solo.


Por Belén Riquelme

[Reseña cine] I want to eat your pancreas: Una preciosa oda a la vida

Para dar una breve introducción a la historia de este hermoso trabajo, es una novela de Yoru Sumino que fue adaptada a manga entre los años 2016 y 2017 y llevada a la pantalla grande un año más tarde en el país nipón y la podemos encontrar bajo tres nombres: Kimi no Suizō o Tabetai en su país de origen, I want to eat your páncreas y Quiero comerme tu páncreas, pero, bajo el idioma que lo halles no te dejes engañar por su nombre, que no te vas a encontrar con una temática siniestra, de miedo ni mucho menos sangrienta.


La historia parte con el protagonista, quien hace poco fue operado de apendicitis y en una de sus visitas al hospital post operación, éste se encuentra un diario, el cual tiene como nombre “Conviviendo con la muerte”. Este pertenece a una de sus compañeras de clase, Sakura, con la cual nunca antes había intercambiado palabras, puesto que él, nunca hablaba con la gente a su alrededor.

Muy introvertido, amante de la lectura y de su espacio, Mahiro en ese instante se convierte en el único que sabe sobre una enfermedad pancreática que aqueja a su compañera y que la tiene con sus días contados. Junto con ellos, desde ese mismo día la vida de Mahiro comienza a cambiar sin que él lo quiera.


El cómo Sakura convive con la muerte es algo increíble, piensa en cada persona que la rodea a tal punto de tener claro que quiere hacer ella en la vida de cada una antes de partir. Habla de la muerte desde la vida de una forma muy madura, asombrosa, sobre todo considerando que solo tiene 17 años.

Independiente de que dentro del mundo del animé, el papel del chico frío y la chica risueña suenan de inmediato a cliché, en esta película los roles no buscan complementarse en ningún minuto y la concepción que se tiene en vida respecto a la muerte va a ser siempre el centro de la historia, mezclada con la amistad, la preocupación y el cariño.


Cada personaje tiene su mundo, sus problemas y su porqué muy definido. Una película que trata sobre como los adolescentes ven el amor, los estudios, la familia y la vida, pero en donde la muerte está frente a sus narices a una edad donde las preocupaciones son otras. Sakura ve todo a su alrededor florecer mientras ella, cada día, muere un poco más sin que el resto lo sepa.

Quizás es una película un tanto compleja para los niños, pero llega de forma indicada en la adolescencia y adultez joven, donde a veces los problemas no te hacen disfrutar de las pequeñas cosas que a veces sin más, se acaban.


Por Grace Aravena

6/14/19

[Reseña cine] Hombres de Negro Internacional: Decente no es suficiente

Una franquicia como Hombres de Negro ejemplifica el daño que se le puede hacer a una idea que no siempre merece ser sobreexplotada. Han pasado varios años desde que Will Smith y Tommy Lee Jones marcaron a toda una generación gracias a esa comedia hermosa, la que indudablemente era tan fresca y bien hecha que se podía esperar más secuelas que arruinaran ese bello recuerdo. Lo sorprendente es que casi no nos dimos cuenta y ya llegamos a una cuarta parte, con nuevos protagonistas y una necesidad auto impuesta de complacer en tiempos feministas. Hombres de Negro: Internacional apuesta a estar en medio entre lo mejor y peor que nos dejaron las anteriores películas. ¿Pero es eso suficiente? En relación con lo que es un blockbuster más, sí. Pero como una secuela digna de la franquicia, para nada. 


Quizás lo más decepcionante de esta película es que tenían todo el potencial para hacer algo sustancialmente divertido, en especial por haber contado con una dupla como Tessa Thompson y Chris Hemsworth. Si la química entre ambos hizo maravillas en Thor: Ragnarok (2017), era esperable que volver a ser compañeros fluyera hasta las estrellas, pero no hay muchas cosas brillantes por aquí. Dentro de lo que es puramente humor, la película funciona de manera aislada, aunque con un par de escenas muy graciosas, las que involucran a un nuevo y pequeño alienígena. Fuera de allí, estamos frente a una historia genérica, con varias secuencias de acción, también con escenas innecesarias y olvidándose del carisma que daba la magia a las primeras películas. Nuestra nueva protagonista lo hace bien dentro de lo que puede, pero se nota que no hay mucha intención del director F. Gary Gray por entregar algo que realmente aporte a lo que habíamos visto antes, más allá de los chistes sobre la inclusión de la mujer en este mundo de hombres. En esa línea, sexualizar a Chris Hemsworth se siente como una forma demasiado básica de ir en contra de la tendencia, pero afortunadamente no abusan de eso. De igual manera en que tampoco estamos ante un sinfín de fan-service, los guiños a la película anterior son pocos y no molestan en nada. 


En definitiva, Hombres de Negro: Internacional busca entretener como cualquier blockbuster promedio y lo consigue en algunos pasajes, pero sigue estando lejos de ser una película que podría recomendar a los amantes de la trilogía original. Pueden verla en los formatos: tradicional, 3D, 4DX, IMAX 3D y XD.


Por Andrés Leiva

6/08/19

[Reseña cine] X-Men Dark Phoenix: Una fiesta de lo irrelevante

La franquicia de los mutantes ha tenido altos y bajos a lo largo de sus diecinueve años de vida, con películas memorables como las dos primeras o Logan, y tan olvidables como X-Men 3 o los orígenes de Wolverine. Pero independiente de su calidad como obra cinematográfica, al menos se puede decir que, en general, son disfrutables.


El caso con Dark Phoenix, la última entrega con Fox al mando de la franquicia, ni siquiera alcanza para esto. Ni el gran elenco que regresa una vez más con James McAvoy y Michael Fassbender, ni un mayor protagonismo de Sophie Turner en desmedro de Jennifer Lawrence pueden salvar a esta película donde pareciera que absolutamente nada importa.


Y es que es realmente difícil preocuparse de los personajes cuando el guion simplemente los manipula para que hagan cosas convenientes para la trama sin una mayor lógica o componente de carácter detrás de sus acciones. Porque Dark Phoenix es básicamente eso: una serie de sucesos irrelevantes, que llevan a una conclusión irrelevante, donde solo la penúltima secuencia del tercer acto es rescatable.

Resulta difícil encontrar más puntos positivos en un filme donde se nota la falta de corazón, y es que quizá Simon Kinberg (escritor, director y productor) quería simplemente terminar de una vez por todas a esta franquicia que pide a gritos una pausa.


Así Dark Phoenix, dentro de toda su trivialidad, al menos cierra el ciclo de los X-Men que luego de casi dos décadas vuelven a su verdadero hogar, Marvel Studios. Si quieres verla por curiosidad o cualquier otra razón, está bien. Pero si leíste esto, quedas advertido.


 Por José A. Pino

[Reseña cine] Ma: Octavia Spencer incursionando en el terror para adolescentes

Una mujer solitaria en sus cuarenta decide comprarle alcohol a un grupo de adolescentes. Se hace amiga de ellos, les presta el sótano de su casa para irse de fiesta sin que sus padres y/o la policía los pille (sospechoso, ¿no?). Ma, es el nombre de la aterradora protagonista, la cual es encarnada por Octavia Spencer bajo la dirección de Tate Taylor. Ambos como dupla se conocieron en The Help, película por la cual Spencer ganó el Oscar a mejor actriz de reparto. Que hayan vuelto a trabajar en este thriller de terror llama mucho la atención.


En una mirada general, se puede observar en los tres actos que existe una intención de reinventar a la figura del villano, pero sin tomarse muy enserio. Guiños a Misery o Carrie, son visibles durante el filme, pero no logra salirse del homenaje para intentar algo nuevo. En términos más estructurales, el guion logra partir con fuerza con la puesta en escena y con la entrada de Ma. Pero es a medida que avanza la historia, que se puede observar cómo el guion termina siendo un desorden, con personajes secundarios clichés y sin desarrollo real, donde mientras se fuerce a la narrativa a funcionar no importa el costo.


Es en el tercer acto que todo se desinfla y queda a medias. El personaje de Ma no termina por construirse o consolidarse, siendo que apuntaba a ser algo especial. Las acciones son predecibles, el final en sí parece un chiste fome después de todo lo que se estuvo construyendo. La expectativa se pierde y solo queda esperar a que termine. El sentido común acaba siendo algo tan fantástico como un unicornio. Me recuerda a esos avisos de “No confíes en los extraños”.


Lo más destacable es la actuación de Spencer, la manera en que puede aparentar un rol maternal, pero al mismo tiempo asesino es increíble. Escenas como un asesinato, al son de la canción September de Earth, Wind & Fire, son disfrutables si tenemos a la actriz detrás del cometido. Pese a la falta de costumbre en verla en un papel de esa naturaleza, su desplante es lo que finalmente vuelven de Ma un terror divertido, curioso y hasta terrorífico en un nivel menor. Por lo que, si buscan reírse y asustarse con dosis de gore, esta es su mejor apuesta.


Por Constanza Lobos

[Reseña cine] Doubles Vies: El difícil camino de adaptarnos a los cambios

La transformación digital es un fenómeno no nuevo, es cierto, pero es un desafío completamente actual y que atañe a todas las formas de arte. Es cosa de ver cómo han desaparecido ciertas industrias, como las disqueras o la renta de películas dando paso al streaming y al almacenamiento en línea, dando muestras de la evolución que ha tenido el arte en el siglo XXI. Las editoriales no escapan de este fenómeno, con los libros virtuales haciendo presencia con fuerza, la facilidad de acceder a las tablets e incluso leer en el teléfono, amenazando así la forma en que han trabajado desde siglos.


Dobles Vidas (Non-Fiction), del director Olivier Assayas, nos presenta este mundo de crisis y contradicciones, con inclusión del mundo digital y su adaptación a este, además de presentar los propios dramas personales que tienen los protagonistas. Alain (Guillaume Canet), es un exitoso editor que se niega a publicar el último libro de Leonard (Vincent Macaigne), pero que de todas formas se ve obligado a hacerlo. La esposa de Alain, Selena (Juliette Binoche), es la protagonista de una exitosa serie policial, pero considera dejar su papel al sentirse estancada, y Leonard con su mujer Valérie (Nora Hamzawi) están juntos, a pesar de las diferencias en su vida y el historial de infidelidades del escritor.


En un relato de la vida cotidiana de sus personajes, es que se presenta la película, sin un conflicto establecido de manera clara y explícita, más allá de la constante temática del cambio digital inminente y la amenaza que representa a la industria. Sin embargo, a medida que transcurre el filme, se puede ver que los e-books, la transición a lo digital, la venta de la compañía, parecer ser una introducción a la profundización de los conflictos emocionales de los personajes y añadirle así una dimensión de mayor profundidad a la película.


La naturalidad con la que empieza la película, sin introducir mayormente puede ser un tanto desconcertante en un comienzo, pero rápidamente logra conectar y precisamente esa naturalidad con la que avanza, hace que sea una película amena e incluso cercana con los personajes y sus conflictos emocionales.


Por Luis Umpierrez

5/29/19

[Reseña cine] Rocketman: Un biopic épico y lleno de fantasía musical

Elton John es uno de los grandes músicos de todos los tiempos, no solo como profesional sino también por la forma en que decidió vivir su vida. Sus trajes excéntricos, sus lentes icónicos, su sonrisa y, sobre todo, la forma en que sus dedos se acercaban a las teclas del piano solo para comenzar a volar.


Elton John entra dramáticamente abriendo de golpe dos puertas, se encuentra vestido como un diablillo naranjo con alas, cuernos y un par de lentes. Camina en sus plataformas con fuertes pasos, se dirige hacia un lugar que la cámara no alcanza a capturar y llega a una reunión de personas con problemas, sea el alcohol, drogas, sexo, etc.

El ritmo comienza desde la primera escena, no hablo solo de la música que acompañará a Elton John durante el filme, si no que el montaje en conjunto con la edición de sonido van tomados de la mano. Es esencial que la fluidez no perjudique a la narrativa, como ya vimos en Bohemian Rhapsody.


En términos del protagónico encarnado por Taron Egerton, es genial. No busca imitarlo, lo incorpora, lo vuelve suyo hasta lograr esa risita atrevida y natural tan característica del cantante. El hecho de que haya cantado todas las canciones, sin auto-tune ni con alguien detrás haciendo las voces, vuelven aún más impresionante el trabajo que realizó el inglés para personificar al pianista.

Es un viaje íntimo en el que veremos cómo pasa de ser Reginald Dwight a Elton Hércules John. La transformación es dura, tiene un costo que nos recuerda el dolor y la emoción que hay detrás de cada una de sus canciones.


La dirección, a cargo de Dexter Fletcher, se preocupa bastante de calzar los diferentes momentos que marcaron la vida de Elton John, no busca una versión sanitizada de la vida del músico. Al contrario, busca realzarla con sus defectos, mostrando lo que a veces solo queremos ocultar de la vista del resto.

Es una biografía que da gusto ver, probablemente queden nostálgicos y quieran volver a abrir el libro cinematográfico que es Rocketman. No me extrañaría ver algunas nominaciones para los premios Oscar.



Por Constanza Lobos

[Reseña cine] GODZILLA II: REY DE LOS MONSTRUOS - Una secuela que destruye más de lo necesario

Consideremos que no soy un fan acérrimo de la franquicia de Godzilla. No vi las cien películas japonesas. No conozco a los bichos rivales, ni menos la mítica real de lo que debiera significar su presencia. Pero sí puedo decir que crecí con ese subvalorado blockbuster estadounidense del 1998, donde Godzilla era una lagarto horrible. Eso me llevó a haber visto alguna vez “Godzilla 2000”, en un momento donde no entendía la diferencia entre remake y secuela, una confusión que me hacía plantearme teorías algo rebuscadas. “O sea que el huevo del final de la versión gringa fue a dar a Japón”, me decía de niño. Tardé en entender todo, que eran cosas totalmente independientes de la otra, pero hubo algo en la versión japonesa que definitivamente se sentía más único y valioso. Era otra cosa, y Gareth Edwards supo entenderlo cuando dirigió el nuevo remake del 2014. Un personaje como Godzilla sí podía llevarse a la gran pantalla hollywoodense con el respeto suficiente, pero esa película fue un paso más allá. No me voy a poner a decir que es perfecta, sus personajes principales no dan la talla y son demasiado funcionales a este enfrentamiento entre monstruos gigantes. ¿Pero era eso algo necesariamente malo? Todo depende de cómo lo plantees, y Godzilla (2014) es una experiencia bella desde todas las sensaciones que es capaz de generar con su cinematografía. No ver a Godzilla, ir construyendo una película oscura, cargada de suspenso y que va revelando a sus monstruos de forma inteligente hasta llegar a un enfrentamiento épico. Eso es todo lo que se necesitaba para que Godzilla mereciera volver al cine. Hoy, cinco años después está de regreso con una secuela a cargo de Michael Dougherty, y me siento obligado a volver a preguntarme: ¿Valía la pena que volviera al cine? Así no.


La película tiene un comienzo que se siente familiar (Batman vs Superman, Endgame), con un flashback de nuestro supuesto héroe perdiendo frente al poder de destrucción masiva que vimos en la película anterior. En este caso se nos presenta a una familia que luego de caer en la tragedia termina separada. Aquí Madison (Millie Bobby Brown) vive con su madre (Vera Farmiga), una científica que está involucrada es esta organización que no recuerdo el nombre, pero donde se encargan de preservar a los monstruos que han sido descubiertos en la Tierra. Obviamente las cosas empiezan a salir mal, las criaturas empiezan a despertar y al final habrá que pedirle ayuda al mismísimo Godzilla. ¿Quién más podría salvarnos? Bueno, los humanos. Espera, ¿qué? Pues parece que ahora hay una forma de controlar a los monstruos mediante un dispositivo remoto que puede mandarle frecuencias sonoras específicas para engañarlos. Entonces los humanos ganaron un voto poderoso en esta pelea de titanes, lo que siempre va a significar que una corporación genérica quiera robarse este aparato para sembrar el caos, y que nuestros héroes comandados por el padre de la mismísima “Eleven” de Stranger Things busquen un protagonismo mayor. Está bien, las críticas a la película anterior abundaron por el poco relevante arco de los personajes, pero si te ibas a ir para ese lado al menos podrían haber armado un conflicto más elaborado, o al menos con diálogos menos torpes. En serio que no importa nada de lo que te muestran como “importante”, el drama familiar es tan forzado como innecesario. La película se hace más larga de lo que es por culpa de ese relleno; uno está todo el rato esperando que aparezcan los titanes para golpearse duro. Y lo hacen.


La otra crítica de la película anterior fue que Godzilla apenas tuvo tiempo en pantalla para lucir. En este caso eso mejora, pero desde un punto de vista. Tenemos acción abundante, muchas explosiones, gritos chillones y un par de planos bellos donde los titanes se ven perfectamente en su grandeza. Pero las peleas en sí tampoco son tan memorables como para acordarse de algo; no hay un plano como el de Godzilla desintegrando a su enemigo como en lo de Gareth Edwards, ni una sensación de terror al ver a Godzilla por primera vez en una playa de Hawaii. O incluso esa tensión al ir descubriendo que las armas de los humanos no tienen nada que hacer frente a estos monstruos gigantes. Acá eso no importa, la destrucción de esas fortalezas fue tal que ahora solo llueven disparos, junto al inconsistente plan de este villano interpretado por Charles Dance, quien no sirve más que para decir “mira, Games of Thrones”. Pero definir a esta Godzilla II como un total desastre sería una locura, porque hey; es Godzilla. Como película de acción cumple lo que promete, tenemos destrucción, múltiples enfrentamientos de criaturas épicas, con algunos momentos bien logrados, otros algo confusos por el exceso de elementos visuales en pantalla, pero siempre dentro del promedio de lo que vemos usualmente en los cines. No me cabe duda de que es una película fácilmente consumible y que dejará satisfecho si no le pides mucho más, pero las sutilezas de la película del año 2014 eran mucho más grandes que el número de titanes presentes en esta secuela.


Por Andrés Leiva

5/26/19

[Reseña cine] Aladdin: Una película perfecta que encantará a toda la familia

El pasado jueves 23 de junio llegó a nuestras salas favoritas la versión live action de uno de los grandes clásicos de Disney, me refiero a Aladdín, estrenada en el año 1992 y que fue inspirada en el cuento árabe Aladino, una de las historias pertenecientes a la colección Las mil y una noche, y también en la película El ladrón de Bagdad. Tal fue su éxito que se convirtió en la merecedora de dos premios Óscar en las categorías de mejor banda sonora y mejor canción original, por lo que muchos con solo enterarse que se estrenaría esta nueva versión sintieron una fuerte emoción y nostalgia, aumentando cada vez más las expectativas, y déjenme decirles que Disney lo hizo otra vez, logra transportar al espectador a un mundo mágico. Guy Ritchie (El rey Arturo: La leyenda de la espada, Sherlock Holmes) es el encargado de dirigir este live action, que se destaca por no ser ambiciosa en cuanto a diferenciarse de la versión original, por el contrario, es bastante fiel.


La cinta está ambientada en Agrabah, metrópoli rodeada por los siete reinos y liderada por un Sultán. Aladdin (Mena Massoud) es un ladrón que merodea las calles de Agrabah, quien un día conoce a la princesa Jasmine (Naomi Scott), hija del Sultán y heredera del reino, por lo que Aladdín no tiene reales oportunidades con esta princesa, ya que ella solo puede casarse con un príncipe, pero las cosas cambian cuando este joven se adentra en la Cueva de las maravillas y frota la lámpara mágica, liberando a un Genio (Will Smith) que le concederá tres deseos, dándole la posibilidad de convertirse en un príncipe y así conquistar a la princesa, pero Jafar (Marwan Kenzari), el malvado mago consejero del Sultán complicará las cosas.


Disney logra llevarnos al pasado y a recordar nuestra infancia, a la vez que nos hace reflexionar dejándonos un mensaje, en esta oportunidad acerca de lo peligrosa que puede llegar a ser la ambición, la importancia de ser tú mismo y luchar por aquello que deseas sin dejar nunca de lado la nobleza. Me atrevo a decir que este live action pasa a ser una de sus grandes cintas por su nivel de producción, es imposible no sentirte hipnotizado por el desplante visual del que somos testigos desde que empieza hasta que termina la película, este es uno de los puntos que diferencia a esta versión a la de la original, un montaje, una estética exacerbada, que finalmente funciona, quizás a algunos les parecerá una producción sobrecargada dejando atrás esa galería cromática elegante de la versión original, pero es este exceso de colores que logra transportarnos a la cultura árabe a la vez que nos engatusa. Otra diferencia, es que en la versión animada vemos a una princesa que es independiente y trata de ser dueña de su propio destino, en esta oportunidad, además de eso, también tiene ambiciones políticas y su objetivo es convertirse en una Sultana, un argumento acorde con nuestros tiempos en donde se busca el empoderamiento femenino. Se encontrarán con las célebres canciones de este clásico, como por ejemplo, Un mundo ideal, y con dos nuevos temas, uno de ellos interpretado por la princesa y centrada en su personaje.


Scott y Massoun logran interpretar a Jasmine y Aladdín, hay una química entre los personajes que funciona, se encontrarán con Abú el monito travieso de Aladdín y  con Rajah el tigre de Jasmine en carne y hueso, ¡ah! y una alfombra mágica que se las trae, pero definitivamente quien se roba la película es Will Smith interpretando al Genio, este personaje disparatado y cómico que en esta oportunidad se convierte en el consejero humano de Aladdín y es capaz de sacar miles de carcajadas. Además, es el encargado de darle modernidad a este live action con su rap y sus movimientos, les aseguro que en cuanto terminen de ver la cinta querrán ponerse a escuchar el soundtrack.


El guion se mantiene leal al original, un diseño de vestuario increíble, coreografías y escenas captadas con una buena óptica, sobre todos las musicales, un CGI apropiado que logra de buena manera darles vida a escenas mágicas. Colores, canciones y bailes que se complementan a la perfección junto a la acción y el romance.

Aladdín es una película que puede hacerte pasar un muy buen rato y entretenerte en sus dos horas de duración, siendo una cinta tanto para pequeños, como para adultos. De seguro aquellos que disfrutaron del clásico animado no podrán evitar emocionarse, así que ¡No se la pueden perder! 


Por Camila Toro F.

[Reseña cine] Brightburn: La vuelta de tuerca al cine de superhéroes

¿Qué pasaría si un niño con poderes como los de Superman se volviera malvado? Esta pregunta da pie a la premisa de Brightburn: hijo de la oscuridad, una película que da un vuelco al clásico mito de origen de superhéroes, transformándolo casi en una película de terror. 


Y digo casi, porque los elementos están ahí: una atmosfera sombría, los ocasionales sustos de salto, las muertes y la sangre. Sin embargo, la película escrita por Mark Gunn y Brian Gunn, y del director David Yarovesky no pretende ser una como tal (o al menos no lo parece), sino más bien sigue el camino tradicional de una historia de origen del género superhéroe y le agrega estos tintes de horror. 


Quizá hacerlo al revés hubiera probado ser más efectivo a la hora de dotar a esta película de algo que la hiciera destacar. Lo cierto es que, si bien Brightburn es muy fácil de digerir y disfrutar, el repetitivo uso de recursos y una trama donde se pueden predecir incluso esos despistes que los guionistas diseñan para la audiencia, hacen que el filme no logre brillar con suficiente fuerza como para destacar entre las muchas películas de superhéroes que se estrenan en el año. 


La gran fortaleza que tiene Brightburn tanto en su guion como en su interpretación está en el personaje de Elizabeth Banks, Tori Breyer, la madre del malvado Brandon. En ella y su conflicto interno reside el verdadero potencial de la película, un conflicto que Banks logra relucir en una espléndida actuación. Sumando y restando, Brightburn es una película que, a pesar de no destacar mucho, su llamativa premisa, un decente (y a ratos muy repetitivo) manejo de tensión y su tono oscuro, son capaces de hacer pasar un buen rato a los espectadores. 


 Por José A. Pino

5/21/19

[Reseña cine] La razón de estar contigo. Un nuevo viaje: Una historia les tocará el corazón

A principios del año 2017 llegó a la pantalla grande la película La razón de estar contigo, basada en la novela del mismo nombre, escrita por W. Bruce Cameron, en donde el protagonista es un adorable perrito, el cual es el encargado de narrarnos desde su propia perspectiva sus diferentes vidas en las cuales ha ido reencarnando con un propósito distinto, cada una para finalmente darse cuenta de que sus experiencias tenían una razón de ser para cumplir sus misiones. Una conmovedora historia cargada de emotividad y capaz de robarle un pedacito del corazón al espectador. Esta semana llegó a las principales carteleras del país La razón de estar contigo: un nuevo viaje, segunda parte de esta maravillosa historia, dirigida por Gail Mancuso y contando en su elenco con actores como: Dennis Quaid, Kathryn Prescott, Marg Helgenberger, Henry Lau y siendo Josh Gad el encargado de la voz de Bailey en el idioma original.


Al igual que en la primera película, la historia es narrada desde la perspectiva de Bailey quien encuentra el propósito de su vida en los humanos que lo rodean. En esta oportunidad nos encontramos con el perrito viviendo felizmente en una granja junto a Ethan (Dennis Quaid), el humano que más ama en el mundo, su esposa Hannah (Marg Helgenberger), CJ la nieta pequeña de estos y Gloria, su madre. Estos abuelos aman a su nieta, ya que es lo único que les queda del hijo que perdieron. Un día Gloria decide llevarse a la niña y separarla de sus abuelos para siempre. 

Pasa el tiempo, Bailey ya es anciano y ha llegado la hora de marchar, pero Ethan le pide que si vuelve a reencarnar encuentre a CJ. y la proteja y así es que comienza una nueva aventura para este perrito y su nueva amada humana.


Esta entrega está basada en la novela del mismo nombre de W. Bruce Cameron, no les miento, la historia cambia un poco, pero mantiene esa esencia tan conmovedora y el mensaje que busca entregar respecto a los propósitos que tenemos en nuestra vida y reflexionar acerca de lo noble que puede llegar a ser un animal, e inclusive hacer que nos cuestionemos si nosotros somos los que cuidamos de nuestras mascotas o si son realmente ellos los que cuidan de nosotros.


Esta es una película emotiva, les aseguro que en más de alguna ocasión les sacará alguna lágrima y más aún a aquellos que aman los animales. Este tipo de cintas se agradecen, quizás no es una obra maestra, pero lo que es cierto, es que desde los más pequeños a los más grandes pueden aprender de la importancia de cuidar a nuestras mascotas y respetar a los animales, pero sobre todo, tratar de hacernos ver que cada criatura en la tierra ha nacido con algún propósito y que todo lo que ocurre, sucede por alguna razón importante. 

En cuanto a tecnicismos, las actuaciones funcionan, tenemos un elenco que logra transmitir el componente emotivo de cada escena, ver a Ethan y Bailey juntos les tocará el corazón y más aún esta pequeñita que se hace adolescente en compañía de su gran amigo perruno. Y qué decir de este perrito que vemos en diferentes cuerpos, siendo adorable en cada uno de ellos. Una ambientación y atmósfera bien lograda en relación a lo que quiere transmitir cada escena. La narrativa funciona al mantener la intensidad de la trama, la que engancha al espectador a lo largo de su extensión para emocionarnos con un final realmente emocionante dándonos a entender que hay amistades que trascienden la vida.

La razón de estar contigo: Un nuevo viaje, funciona para pasar un buen rato, se reirán en un par de ocasiones y también se emocionarán en otras. Una cinta cautivadora y adorable que les tocará el corazón. 


Por Camila Toro F.

[Reseña cine] En tu piel: En la intimidad de una relación prohibida

La nueva película de Matías Bize cuenta la historia entre dos amantes dominicanos, pero llevándolo al plano más íntimo posible. No hay grandes diferencias de locación, ya que todo ocurre en un departamento. No hay otros personajes en pantalla, pues todo se resume a la relación que la pareja construye desde la sexualidad, pero una que evoluciona con una delicadeza que viene a enfrentarse con un montón de prejuicios en torno al tema. 


Hablar de infidelidad desde un lado tan cercano y dándose el tiempo de incursionar en las distintas etapas un amor que no puede consumarse por completo es una premisa que está muy bien lograda por el director, junto a la indispensable dupla protagónica de Eva Arias (Julia) y Josue Guerrero (Manuel). Ellos son capaces de conseguir una química que tiende a ser orgánica, con personajes que nunca llegan a ser desagradables y que comparten un vínculo que sobrepasa al sexo. Abundan diálogos casuales que les permiten conocerse y conectarse en el transcurso de una relación que explota en intensidad con cada vez más fuerza, y es la estabilidad emocional de Julia reflejada en constantes miradas y silencios la que dará pie a un conflicto que puede parecer invisible, pero que consigue un desenlace poderoso.


Su duración acotada es la adecuada, ya que el carácter simple y encerrado en el mundo de Julia y Manuel no necesitaba de más, aunque el énfasis en sus escenas de sexo sí pueda incomodar a algunos. Al menos en mi caso fue algo que me hizo ruido en la primera media hora al no tener claro hacia donde iba la película, pero no pasa mucho tiempo hasta que se entiende esa belleza puesta en lo que nos hace personas, en la forma de enfrentar la pasión en una relación prohibida, y con el cariño honesto como su mayor fortaleza. Matías Bize es capaz de impregnar un encanto particular a esta historia en el descubrimiento del amor, se siente tan humana como la vida misma, de ahí lo interesante que tiene la película en la forma de plasmar una infidelidad en una manera que no suele verse a menudo. Pueden ver En tu Piel en los principales cines de nuestro país.


Por Andrés Leiva

5/19/19

[Reseña cine] John Wick 3 - Parabellum: Más perros, más acción

Reconozcamos que todos amamos a John Wick. ¿Cómo no hacerlo? El amigo perdió a su mujer, luego asesinaron a su perro (que le recordaba a su mujer), motivos más que suficientes para que fuera necesario desenterrar su baúl lleno de armas de guerra y salir a matar gente. Una premisa así de exagerada y protagonizada por Keanu Reeves podría haber pasado colada como una más dentro del cine de acción moderno, si tan solo no hubiera llegado su secuela. John Wick 2 fue una de las mayores sorpresas que me llevé hace dos años atrás, el estilo tan único que logró plasmar, con tanta cosa memorable y peleas espectaculares fue el comienzo de una linda amistad. Con ese logro era imposible pedirle menos a esta tercera parte, la que comienza tan sólo unos minutos posteriores al final abierto que dejaba la anterior. 


John Wick rompió las reglas, y ahora deberá asumir las consecuencias, lo que en términos simples significa que medio mundo intentará matarlo por una gran suma de dinero. Pero es John Wick; el que mata a hombres con un lápiz, el que será más recordado por sus rachas de muertes que por ser un hombre de muchas palabras. No existe un héroe de acción como él, porque en realidad no necesita ser un héroe para dejarnos felices. Esas expectativas para esta tercera parte me hicieron entrar con mucho entusiasmo a la sala de cine, y es también el principal obstáculo que tuve a la hora de amar esta película. No se asusten, John Wick 3: Parabellum es tan buena como esperas que sea luego de lo visto en su predecesora. ¿Peleas aún más frecuentes y espectaculares en sus coreografías? Hecho. ¿Momentos tan memorables como John Wick a caballo frente a unos asesinos yakuza sobre motos? Ahí están. ¿Y qué es lo que me falló? Quizás apegarse demasiado a la fórmula.


La película empieza de manera tan grandiosa como debía, John Wick está en una carrera contra el reloj para prepararse a la cacería, luego de ser excomulgado de esta organización de asesinos que esconde gente en cada rincón de la ciudad. Él tiene un plan para intentar sobrevivir, lo que involucra a una vieja amistad que nos traerá a Halle Berry en su mejor onda. Pero antes de eso la película se encarga de dejarnos una sonrisa enorme con sus tremendas secuencias, donde la acción exagera las capacidades de un simple hombre como John Wick para ser el asesino más imparable que se haya visto. El estilo de las peleas, con una guerra de cuchillos incluida te sigue sorprendiendo y manteniendo al borde del asiento, algo que se sostiene durante toda la película pero que va creciendo hacia un enfrentamiento en mayor escala. Así, tendremos bastantes escenas donde John Wick tendrá que enfrentarse a un gran número de enemigos, y donde las armas de fuego serán las principales protagonistas (miento, los perros como armas se llevarán todas esas escenas), pero también están las otras peleas de carácter físico. En este segundo caso es donde mejor funciona la película, porque las coreografías son de primer nivel y la cámara ayuda a que la intensidad sea aún más palpable. Esa atención puesta en que la acción funcione tan bien es lo que puede sostener una historia que no tiene mayor complejidad. Tenemos villanos que irán poniendo obstáculos cada vez más fuertes a nuestro protagonista, pero todo es más funcional a la necesidad de generar peleas que de otra cosa. Posiblemente el mayor desarrollo en ese sentido está en elevar aún más “la leyenda” del hombre que mató a medio mundo por su perro (aunque él insista que era más que un perro).


Esa falta de profundidad no es algo que me moleste, sabiendo lo que busca la película, el problema es que la gran novedad que significó John Wick 2 en relación con su atmósfera, al humor que tenía y a toda esta exageración en cuanto a las peleas me funcionó menos en esta oportunidad por esa falta de frescura. De igual manera, los personajes secundarios de esta tercera parte los encontré menos memorables en comparación, aunque Halle Berry está muy bien en las escenas que le tocó participar. En la suma y resta diría que John Wick 3: Parabellum es un arsenal de acción imparable, en entretención no creo que pueda decepcionar a nadie, especialmente si son fans de Keanu Reeves. El personaje que lograron crear les funcionó tan bien que no sorprende la expansión de la franquicia, lo que de seguro va a continuar en los próximos años. No sé si actualmente me entusiasma tanto esa idea, y creo que es injusto comparar esta película con lo que ha hecho Misión Imposible en sus últimas entregas, ya que en ese caso el crecimiento ha sido en un nivel mucho mayor. Pero John Wick sigue siendo un nombre que se ha ganado el derecho a ser comparado por sus fans con Chuck Norris, con eso se dice todo.


Por Andrés Leiva

5/12/19

[Reseña cine] La Culpa: Películas que vienen a robarte el sueño

Dicen que el sentido más fuerte de los humanos es la vista. Una voz en tu oído está susurrando ayuda. Tú, a mucha distancia, quizás a poca, escuchas con detención sus palabras ¿Es un drogadicto más? ¿Alguien que la embarró mal y ahora está en un viaje pesado? ¿Un viaje auto-inducido? Y esa voz insiste. No puede respirar. Tú sientes que no es nada muy grave.


Y después una llamada. Una llamada que no esperas. Una mujer. Vas a cortar. Otro drogado ¿Estuvo tomando? Filo. Chao, pero no. Te detienes. Algo está pasando. Iben es su nombre. Iben. Está siendo secuestrada. No tienes nada que hacer. Las manos cruzadas. Pocas palabras. Iben. Iben.

Así empieza todo. Asger Holm, un agente de policía que está cumpliendo su turno en el teléfono de emergencia, recibe una llamada que le cambia la vida… y tiene que saber qué hacer desde un escritorio, alejado de todo. Porque esta llamada significa mucho más que un caso: es lidiar con los propios demonios. Es lidiar con las culpas. Muchas culpas.


Dicen que el sentido más fuerte de los humanos es la vista, sí, pero ¿saben qué es lo maravilloso de la película? Que la tensión aumenta cuando no puedes ver nada. Cuando tienes que ver con la mente. Todo es un poco más grotesco en la cabeza. Todo es un poco más complejo. Y La Culpa te tiene mirándole a los ojos a Asger. Viéndolo sufrir y pasándote una película en la película. Desesperado por su descontrol ¿qué control? ¿y de quién es la culpa?

Es difícil escribir mucho más de algo que solo se puede sentir porque la trama, en sí misma, no sale mucho de lo común. Es una historia policial que quizás expuesta en todas sus partes produciría tensión, pero no este sentimiento de desespero que te pasa al no ver nada. Andar tanteando y pensando lo peor. Iben. Iben en un auto. Iben secuestrada. Y uno, amarrado.


Entonces, ir a ver esta película es enfrentarse a no ver nada y verlo todo. A la impotencia; a la culpa del inútil; al miedo de depender de otros. Una de esos filmes que llegan a quitarte el sueño, a cuestionarte si se podría haber hecho algo más; qué habrías hecho en esa posición. A ver una película prescindiendo del sentido más fuente de los humanos.



Por Adriana Villamizar

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