Clint Eastwood es uno de esos directores cuyas películas casi siempre, para bien o para mal, dan qué hablar. Y esta semana sí que se hablará de él, pues este jueves se estrena su nuevo largometraje “15:17, Tren a París”.
Basado en los hechos reales de un intento de atentado terrorista en el año 2015, donde un hombre intentó abrir fuego en de los vagones de un tren que viajaba hacia la capital francesa y que afortunadamente logró ser reducido por los pasajeros, dentro de los cuales había dos miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos que casualmente pasaban de vacaciones junto a otro amigo.
El gran gancho que tiene este filme es que a Eastwood se le ocurrió que los mismos protagonistas del atentado fueran los protagonistas de la película, llamados Spencer Stones, Alek Skarlatos y Anthony Sadler.
Eastwood asume un gran riesgo al adaptar un evento real de relativa corta duración a una película de dos horas y también al trabajar con los protagonistas reales del mismo. Lamentablemente ambas apuestas fracasaron, pues la película si bien logra ciertos niveles de realismo, se pierde en una excesiva dramatización y unas actuaciones que incluso no logran convencer que aquellos tres amigos que vemos en pantalla fueron parte del atentado.
A pesar de todo, es digno de mencionar la mano del director en la construcción de los escenarios y la tensión necesaria para manejar algunos pasajes del filme, especialmente en las escenas dentro del tren. De todas formas, la historia muchas veces llega a ser demasiado cursi en su patriotismo (algo que ya vimos de Eastwood en su película American Sniper, también basada en la vida de un soldado norteamericano), aprovechando el estatus de héroes de sus protagonistas para reforzar el punto de vista mediante el cual se cuenta la historia y así dejando un poco de lado al resto de los pasajeros que también ayudaron a reducir al tirador.
15:17 Tren a París probablemente no será considerada como uno de los puntos altos en la carrera de Clint Eastwood, pero aun así creo que es una película que va a interesar a aquellos que no conocían del caso y que disfrutan de este cine de corte más realista.
Por José A. Pino
