Paul Thomas Anderson es de ese selecto grupo de directores cuyas películas son como cometas flotando en el espacio, sabemos que llegarán eventualmente, y siempre hay un grupo de personas que las esperan con ansias.
Ya consagrado como un favorito de la crítica internacional, Paul Thomas Anderson vuelve a nuestras salas con El Hilo Fantasma (Phantom Thread), nominada a 6 premios de la Academia, entre las que figuran mejor director, mejor película y mejor actor.
En medio del glamour de Londres en los años cincuenta, el renombrado diseñador de vestuario Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) son los encargados de vestir a las personas más importantes del continente. Las mujeres entran y se van de la vida de Woodcock, brindándole compañía e inspiración al diseñador; hasta que conoce a Alma (Vicky Krieps), una joven de voluntad fuerte, quien pronto se convierte en su musa y amante.
La dupla de Anderson / Day-Lewis vuelve a hacer de las suyas de manera similar a como lo hizo en 2007 con Petróleo Sangriento (There Will Be Blood), repitiendo la formula del drama de época; pero uno sustancialmente distinto. El Hilo Fantasma es una película tan delicada como las costuras de los vestidos diseñados por su protagonista, sustentada principalmente en la relación de Reynolds y Alma, en sus peculiaridades individuales y conjuntas que se mezclan a la perfección con la función poética del lenguaje cinematográfico.
Pareciera que Paul Thomas Anderson no se cansa de demostrar por qué es uno de los directores más aclamados del circuito ligado al cine arte de Hollywood. Construyendo una cautelosa fotografía y apoyado en un diseño de producción y de vestuario impecable, la película nos sumerge en el Londres de la post guerra y no nos suelta sino hasta que llegan los créditos.
Las excentricidades de sus dos protagonistas son parte esencial del filme, aportando esa pizca de irracionalidad a la película, muy fiel al estilo del director. Day-Lewis es tan buen actor, que a pesar de no estar al tope de la calidad que sabemos que puede brindar, sigue siendo capaz de dar una actuación al menos digna de ser nominada a un Óscar (como si no le bastara ser el único con tres premios a mejor actor principal). Los personajes femeninos también se lucen, aprovechando por completo los espacios que la película les da para brillar por sí solas, especialmente al personaje de Lesley Manville, también nominada al Óscar en esta ocasión.
El Hilo Fantasma (Phantom Thread) es una película bellísimamente elaborada, donde cada decisión tomada, cada detalle son hechos con una calidad que pocos directores podrían garantizar. Tanto para aquellos que ya conocen la obra de Paul Thomas Anderson, como para aquellos que buscan familiarizarse con ella, les recomiendo que vean El Hilo Fantasma y disfruten la belleza de lo irracional.
Por José A. Pino
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