Clint Eastwood, prácticamente todos al escuchar su nombre recuerdan su rostro acompañado de una pistola a solo unos instantes de iniciar una masacre, o quizá para algunos aquella imagen venga acompañada de un hombre más reflexivo y crítico con el mundo moderno quien sigue en su incesante espiral de violencia y es justo por eso que La Mula, llega como una inesperada pero muy agradecida sorpresa para aquellos que nunca han visto al actor divertirse en grande.
La película nos cuenta la historia de Earl Stone (Clint Eastwood) un veterano de guerra que dedica todo su tiempo a su negocio de horticultura, siendo por mucho el más aclamado en el rubro. Sin embargo no todo es alegría en su vida, ya que su familia lo resiente por el poco y nada de tiempo que les entrega, volviéndose indeseable para la mayoría de ellos. Aún así Earl es un buen hombre y por ello no será consciente de como algunas de sus decisiones lo llevarán a transportar droga para uno de los carteles más peligrosos de la historia.
Pese a lo poco original que pueda sonar la premisa, es realmente refrescante la manera inesperada en la que se desenvuelven los hechos, contando además con un elenco de personajes excelentes entre los cuales destacan Mary (Dianne Wiest), Colin Bates (Bradley Cooper), Laton (Andy García), Iris (Alison Eastwood), Trevino (Michael Peña) y muchos más.
La fotografía es sobria y el juego de cámaras es excelente y es que el apodado último director clásico, Clint Eastwood, maneja estupendamente los tiempos y el ritmo durante todo el metraje. El tono tiende a cambiar en varios momentos del relato, pero ninguno de ellos destruye la intención de la obra, por lo que puede esperarse tensión, risas, intriga y redención sin que nada se sienta forzado.
La banda sonora está repleta de temas clásicos que van desde canciones de Elvis Presley a la música country en todo su esplendor. La Mula, vuelve a demostrar la preocupación que su director y protagonista siente con respecto a lo que significa realmente tener una familia. Ya lo vimos en Gran Torino años antes y ahora el mensaje vuelve pero con otra perspectiva: el tiempo.
Pese a todo el éxito que Earl pudo y pueda tener, el resentimiento de sus seres queridos es tristemente justificado y durante la cinta podemos ser testigos de cómo el dinero realmente no compra la felicidad y mucho menos los años perdidos. Aún así, no todo está perdido y nunca es tarde para tener nuevos recuerdos con aquellos que amamos.
La película está inspirada por un artículo publicado en The New York Times bajo el título “The Sinaloa Cartel’s 90-Year-Old Drug Mule” por Sam Dolinck y es interesante de revisar ya sea antes o después de ver el filme.
Entretenida, triste, algo nostálgica y esperanzadora, todo eso y más evoca La Mula a sus espectadores por lo que es tremendamente recomendada para todos quienes deseen ser testigos de una historia excelente con actuaciones sólidas y con el Clint Eastwood más risueño que podrían encontrar, simplemente vayan a verla y disfruten.
La película nos cuenta la historia de Earl Stone (Clint Eastwood) un veterano de guerra que dedica todo su tiempo a su negocio de horticultura, siendo por mucho el más aclamado en el rubro. Sin embargo no todo es alegría en su vida, ya que su familia lo resiente por el poco y nada de tiempo que les entrega, volviéndose indeseable para la mayoría de ellos. Aún así Earl es un buen hombre y por ello no será consciente de como algunas de sus decisiones lo llevarán a transportar droga para uno de los carteles más peligrosos de la historia.
Pese a lo poco original que pueda sonar la premisa, es realmente refrescante la manera inesperada en la que se desenvuelven los hechos, contando además con un elenco de personajes excelentes entre los cuales destacan Mary (Dianne Wiest), Colin Bates (Bradley Cooper), Laton (Andy García), Iris (Alison Eastwood), Trevino (Michael Peña) y muchos más.
La fotografía es sobria y el juego de cámaras es excelente y es que el apodado último director clásico, Clint Eastwood, maneja estupendamente los tiempos y el ritmo durante todo el metraje. El tono tiende a cambiar en varios momentos del relato, pero ninguno de ellos destruye la intención de la obra, por lo que puede esperarse tensión, risas, intriga y redención sin que nada se sienta forzado.
La banda sonora está repleta de temas clásicos que van desde canciones de Elvis Presley a la música country en todo su esplendor. La Mula, vuelve a demostrar la preocupación que su director y protagonista siente con respecto a lo que significa realmente tener una familia. Ya lo vimos en Gran Torino años antes y ahora el mensaje vuelve pero con otra perspectiva: el tiempo.
Pese a todo el éxito que Earl pudo y pueda tener, el resentimiento de sus seres queridos es tristemente justificado y durante la cinta podemos ser testigos de cómo el dinero realmente no compra la felicidad y mucho menos los años perdidos. Aún así, no todo está perdido y nunca es tarde para tener nuevos recuerdos con aquellos que amamos.
La película está inspirada por un artículo publicado en The New York Times bajo el título “The Sinaloa Cartel’s 90-Year-Old Drug Mule” por Sam Dolinck y es interesante de revisar ya sea antes o después de ver el filme.
Entretenida, triste, algo nostálgica y esperanzadora, todo eso y más evoca La Mula a sus espectadores por lo que es tremendamente recomendada para todos quienes deseen ser testigos de una historia excelente con actuaciones sólidas y con el Clint Eastwood más risueño que podrían encontrar, simplemente vayan a verla y disfruten.
Por Sebastián Yañez