Reconozcamos que todos amamos a John Wick. ¿Cómo no hacerlo? El amigo perdió a su mujer, luego asesinaron a su perro (que le recordaba a su mujer), motivos más que suficientes para que fuera necesario desenterrar su baúl lleno de armas de guerra y salir a matar gente. Una premisa así de exagerada y protagonizada por Keanu Reeves podría haber pasado colada como una más dentro del cine de acción moderno, si tan solo no hubiera llegado su secuela. John Wick 2 fue una de las mayores sorpresas que me llevé hace dos años atrás, el estilo tan único que logró plasmar, con tanta cosa memorable y peleas espectaculares fue el comienzo de una linda amistad. Con ese logro era imposible pedirle menos a esta tercera parte, la que comienza tan sólo unos minutos posteriores al final abierto que dejaba la anterior.
John Wick rompió las reglas, y ahora deberá asumir las consecuencias, lo que en términos simples significa que medio mundo intentará matarlo por una gran suma de dinero. Pero es John Wick; el que mata a hombres con un lápiz, el que será más recordado por sus rachas de muertes que por ser un hombre de muchas palabras. No existe un héroe de acción como él, porque en realidad no necesita ser un héroe para dejarnos felices. Esas expectativas para esta tercera parte me hicieron entrar con mucho entusiasmo a la sala de cine, y es también el principal obstáculo que tuve a la hora de amar esta película. No se asusten, John Wick 3: Parabellum es tan buena como esperas que sea luego de lo visto en su predecesora. ¿Peleas aún más frecuentes y espectaculares en sus coreografías? Hecho. ¿Momentos tan memorables como John Wick a caballo frente a unos asesinos yakuza sobre motos? Ahí están. ¿Y qué es lo que me falló? Quizás apegarse demasiado a la fórmula.
La película empieza de manera tan grandiosa como debía, John Wick está en una carrera contra el reloj para prepararse a la cacería, luego de ser excomulgado de esta organización de asesinos que esconde gente en cada rincón de la ciudad. Él tiene un plan para intentar sobrevivir, lo que involucra a una vieja amistad que nos traerá a Halle Berry en su mejor onda. Pero antes de eso la película se encarga de dejarnos una sonrisa enorme con sus tremendas secuencias, donde la acción exagera las capacidades de un simple hombre como John Wick para ser el asesino más imparable que se haya visto. El estilo de las peleas, con una guerra de cuchillos incluida te sigue sorprendiendo y manteniendo al borde del asiento, algo que se sostiene durante toda la película pero que va creciendo hacia un enfrentamiento en mayor escala. Así, tendremos bastantes escenas donde John Wick tendrá que enfrentarse a un gran número de enemigos, y donde las armas de fuego serán las principales protagonistas (miento, los perros como armas se llevarán todas esas escenas), pero también están las otras peleas de carácter físico. En este segundo caso es donde mejor funciona la película, porque las coreografías son de primer nivel y la cámara ayuda a que la intensidad sea aún más palpable. Esa atención puesta en que la acción funcione tan bien es lo que puede sostener una historia que no tiene mayor complejidad. Tenemos villanos que irán poniendo obstáculos cada vez más fuertes a nuestro protagonista, pero todo es más funcional a la necesidad de generar peleas que de otra cosa. Posiblemente el mayor desarrollo en ese sentido está en elevar aún más “la leyenda” del hombre que mató a medio mundo por su perro (aunque él insista que era más que un perro).
Esa falta de profundidad no es algo que me moleste, sabiendo lo que busca la película, el problema es que la gran novedad que significó John Wick 2 en relación con su atmósfera, al humor que tenía y a toda esta exageración en cuanto a las peleas me funcionó menos en esta oportunidad por esa falta de frescura. De igual manera, los personajes secundarios de esta tercera parte los encontré menos memorables en comparación, aunque Halle Berry está muy bien en las escenas que le tocó participar. En la suma y resta diría que John Wick 3: Parabellum es un arsenal de acción imparable, en entretención no creo que pueda decepcionar a nadie, especialmente si son fans de Keanu Reeves. El personaje que lograron crear les funcionó tan bien que no sorprende la expansión de la franquicia, lo que de seguro va a continuar en los próximos años. No sé si actualmente me entusiasma tanto esa idea, y creo que es injusto comparar esta película con lo que ha hecho Misión Imposible en sus últimas entregas, ya que en ese caso el crecimiento ha sido en un nivel mucho mayor. Pero John Wick sigue siendo un nombre que se ha ganado el derecho a ser comparado por sus fans con Chuck Norris, con eso se dice todo.
Por Andrés Leiva