Por largos años se ha podido ver a Simón Pesutic (29) como integrante de exitosas teleseries nacionales en gran parte de los canales de televisión, primero TVN, luego Canal 13 y actualmente Mega, en donde da vida a “Gabriel Rodríguez” en “La ley de Baltazar”. Pero más allá de su faceta como actor, Pesutic tiene un lado poco conocido masivamente: escribe poesía y todo eso lo ha volcado en el lanzamiento de su primer libro, titulado “Palabras Marchitas”.
Es que el ex protagonista de exitosas producciones dramáticas como “Pobre rico”, “Sres. papis” y “Juegos de poder” debuta públicamente con un poemario bajo el amparo de la editorial Otros Libros. Éste se encontrará a la venta desde este jueves 27 de abril en otroslibros.cl, además de en algunas librerías Qué Leo y librería Lolita.
Simón tiene una historia de larga data con la poesía. Todo se remonta a sus 15 años de edad aproximadamente, cuando de manera intuitiva e influenciado por algunos autores como Claudio Bertoni, Jorge Teillier, Alejandra Pizarnik y Charles Bukowski, entre otros, comenzó a hilvanar ciertos versos sueltos que no respondían a otra cosa más que a una sensibilidad que quizás era, en algún punto, poco común a su edad. “Estos autores y algunos otros, además de la música que escuchaba en esa época, fueron dando forma y vida a lo que luego se transformó en un pasatiempos que me permitía conectarme con mi sensibilidad, habitar mis fantasías y construir narrativas que me hicieran la vida -si se quiere- más entretenida”, rememora Pesutic.
Dentro de ese contexto, el intérprete cuenta que “he sido toda la vida una persona muy sensible, melancólica y desde ese lugar empecé a escribir. Desde las fisuras. Desde ‘los domingos’. Pero, sobre todo, desde el instinto, la intuición y la afición. No lo hacía como un acto tan consciente ni metódico, simplemente sucedía. No tenía pretensiones concretas. Escribir un poema era una especie de bálsamo para aplacar un poco esa hipersensibilidad que me acompaña, que me hace sentir vivo, pero, a la vez, me duele. La poesía, en ese sentido, se transformó en un espacio terapéutico para mí”.
“Durante mi primera etapa escribiendo, empecé a subir mis poemas a un blog que titulé ‘Un poco de aire movido por los labios’, cita de uno de mis poemas favoritos de Jorge Teillier (‘Despedida’), pero sin la intención de publicitarlo o de tener una vida de bloguero. Tenía que ver con una cosa práctica: en tiempos donde no existían las ‘nubes virtuales’ para almacenar documentos, básicamente quería que mis poemas no se perdieran. En ese tiempo, además, sólo fantaseaba con la idea de publicar, pero lo cierto es que nunca fue una realidad tangible para mí”, agrega el actor.
En base a lo anterior, explica que “esto tenía varios motivos. Primero, estaba el pudor que me daba -y por momentos me sigue dando- de compartir esa intimidad con el resto del mundo. Una mezcla entre pudor, vergüenza y también recelo por dar a conocer mi mundo interior, y lo que eso significa. Concretamente, exponerme. Y lo segundo, estaba vinculado a mi imagen pública, ya que me sentía un poco preso de lo que la gente pensaba de mí en términos del ‘rol’ o del encasillamiento que tenía en mi trabajo como actor. Me refiero a la imagen de ‘niño bueno o bonito’. Sentía que esa imagen estaba muy disociada de lo que escribía y me costaba salir de ese espacio… pero con el tiempo entendí que es uno solo el que se encasilla, el que se apresa de su propia imagen. Y finalmente hice consciente, después de años, que uno puede ser muchas cosas al mismo tiempo, sin dejar de ser uno mismo. Y, en efecto, esa es la gracia de la vida y del ser uno mismo… los contrastes. Sin embargo, me faltaba madurez para entenderlo en esa época. Hoy lo entiendo, y soy consecuente con eso. Me parece identitario”.
De esta manera y con la decisión tomada de publicar, es que Simón llegó a Otros Libros, editorial independiente fundada por el estudio de diseño creativo Otros Pérez encabezado por Jerónimo y Catalina Pérez: “Conocí el trabajo editorial de ellos y lo primero que llamó mi atención fue su leitmotiv”: ‘libros extraordinarios’. Más allá de seguir o no una línea editorial rígida, se centraban en los procesos, en sus contenidos y en el objeto propiamente tal. Eso me hacía todo el sentido del mundo, y tenía mucho que ver con lo que yo quería para mi proyecto”.
El actor añade a lo anterior que “empezamos a trabajar el texto en junio del 2022, en conjunto con la editora Ana Leal-Plaza, hasta llegar a su versión final en diciembre del mismo año. El trabajo de Ana fue fundamental para desmalezar el manuscrito, pulirlo y construir un relato que se sostuviera a lo largo de las 140 páginas del libro. Enero y febrero de este año fueron parte del proceso de diseño, para ya en marzo entrar en imprenta y dar vida a este libro genuino, auténtico y que está hecho con mucha dedicación, de manera muy artesanal y, al mismo tiempo, muy cuidada no sólo en el texto, sino también en el diseño, en el objeto en sí mismo. En ese sentido, creo que logramos un libro que no sólo tiene valor por su contenido, sino también por su propuesta estética y formato. Y eso, sin duda, no hubiese sido posible sin Otros Libros”.
Concretamente, en “Palabras Marchitas” se encontrarán, de acuerdo a lo que adelanta su autor, con “un pedacito honesto de mí. Aquí están mi sensibilidad, mis narrativas, mi imaginario y mis vulnerabilidades. Esta es parte de mi manera de ser y de padecer el mundo. No diría que aquí soy más yo, pero sí que este es mi espacio más íntimo y vulnerable. Es cierto que actuar me representa tanto como escribir, pero en este espacio me reconozco más que en escena”, poniendo énfasis en que “este es un libro que no está dedicado a nadie en particular. Y aunque hay un hilo conductor, cada poema está puesto en ese lugar no de manera aleatoria, sino porque es parte de un relato. Es así como el primer poema del libro, ‘Fugacidad lenta’, es un poco la declaración de principios e intenciones de lo que se van a encontrar en el resto del poemario. Ese primer poema es la silueta del resto de los poemas”.
En cuanto a lo que se refiere a su proceso personal en este libro, Pesutic confiesa que “para mí es un acto valiente porque no sólo significa exponerme íntimamente, sino que tiene un componente bisagra e identitario en mi vida. Es mi primer proyecto personal. A lo largo de casi 12 años me he pasado la vida actuando y trabajando para otros, en proyectos en los que soy convocado. Hoy, por primera vez, estoy revelando un proyecto absolutamente personal e ideado por mí, por lo que este libro definitivamente es mi proyecto más íntimo y personal. Es un pequeño salto al vacío, hacia un espacio desconocido para mí, y que estoy asumiendo con todas sus consecuencias. Y si bien es cierto que probablemente no voy a vivir de los libros, este libro me ha dado vida”.
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