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10/10/18

[Reseña netflix] Better Call Saul – La temporada 4 es un paso brillante hacia Breaking Bad

Lo que acaba de lograr Better Call Saul es extraordinario. No es fácil buscar calificativos cuando queremos reseñar un spin-off que redefine ese concepto para siempre. Al igual que tampoco fue fácil para la serie llegar hasta este punto. Han sido cuatro temporadas de un largo desarrollo de personajes. Cuatro temporadas de abogados, de señoras de la tercera edad y salidas juguetonas por las travesuras de Jimmy McGill. ¿Y eso dónde nos llevó? Breaking Bad es la palabra que todos queremos escuchar, eso es innegable. ¿Y si hubiera algo más?


Suponíamos que esta precuela se creó destinada a llenar un vacío que inevitablemente nos iba a conectar con la serie que amamos. Saul Goodman, posiblemente el abogado más llamativo que nos ha entregado la televisión, tenía un pasado que contar. Quizás uno que podría dar apenas para un par de temporadas, ya que la sombra de Breaking Bad siempre pareció gigantesca. Pero veamos los hechos. Better Call Saul desde su primera temporada quiso plantear sus propias reglas, se tomó todo el tiempo del mundo para hacerlo, pero no dejó ningún cabo suelto. Cada personaje, cada decisión, todo nos trajo hasta aquí. Y sinceramente no es el lugar en el que esperaba estar, es mucho mejor.

(A continuación habrán comentarios de aspectos de la trama que algunos podrían considerar como spoiler, pero nada que arruine el final de temporada).

La muerte de Chuck en el final de la temporada anterior fue un mazazo de aquellos. Podíamos esperar consecuencias inmediatas, pero no necesariamente lo que vimos en “Humo”. Este primer episodio marcó la pauta de lo que sería una temporada muy distinta a las demás, ya que se acabaron los obstáculos para Jimmy, o mejor dicho, para Saul. Luego de su introspectiva reacción ante la muerte de su hermano, Jimmy toma una decisión, lo que indudablemente arrastra a todos los que lo rodean. Tal como se comienza a gestar al final del tercer episodio, “Algo hermoso”. Jimmy lee una carta que le dejó Chuck, y lo hace con una frialdad casi siniestra, lo que termina por quebrar a Kim, la única persona que lo ha amado a por lo que es, o quizás por lo que era. ¿Quién es este Jimmy?


Es necesario que nos detengamos un segundo para hablar de Kim Wexler, porque todo lo relacionado con ella en esta temporada se define en palabras brillantes. Las consecuencias de la muerte de Chuck en su vida desencadena una serie de eventos que llevan al personaje por lugares realmente oscuros y de confusión. Su relación con Jimmy se ve en una encrucijada, ya que mezcla un amor muy fortalecido, con todas las repercusiones que significa amar a alguien como Jimmy. Esto permite un crecimiento tremendo de su personaje, porque la vemos cruzar límites por él que no te esperabas, mientras todo se empieza a desmoronar desde el fondo. Uno de los grandes momentos de ellos dos se da en el octavo episodio “Coushatta”, uno de los mejores de la temporada. Allí la combinación del ingenio de Jimmy junto a la inteligencia de Kim con el fin de salvar un juicio desfavorable se vuelve un manjar demasiado delicioso como para resistirse a velar por lo incorrecto. La serie va armando un paralelismo entre ellos que evoluciona episodio tras episodio, lo que es meticulosamente acompañado de unas exquisitas secuencias de cámara, como esas escenas frente al espejo en cada mañana.

Vince Gilligan siempre se luce en la creación de sus personajes, pero eso se apoya de diversos matices, tal como el valor del silencio. En esta temporada gana aún más protagonismo que en las anteriores, y te permite interiorizar mejor en estos mundos que se van oscureciendo disimuladamente, pero llegando a un punto doloroso; realmente quieres a estos personajes. Esto último se aplica no solamente al dúo principal, ya que el arco de Mike también llega a un punto culmine en esta temporada. Durante los primeros episodios comienza cercano a su núcleo familiar, pero desde la mitad de temporada en adelante se embarca en una tarea encomendada por Gustavo Fring que finaliza de forma estremecedora. Mientras Jimmy nos entretiene con sus travesuras, el mundo de Mike es tensión, una combinación que funciona de maravilla.


De similar manera, el personaje de Nacho sigue un camino tortuoso. Comienza la temporada casi muerto, y se le da el tiempo perfecto para que sintamos el dolor de un personaje que parece estar pagando sus errores demasiado caro. Alejado de su padre, habiendo fracasado en todo lo que se propuso y prisionero del poder de los Salamanca, un final que parece definitivo. Es destacable la forma en que Vince Gilligan logra meter conceptos fuertes de Breaking Bad y hacerlos calzar de manera tan auténtica en todas las historias presentes en la serie. Desde pequeños detalles, hasta personajes como Héctor Salamanca. En esta cuarta temporada es donde más conexiones hay, pero sin explicaciones de más, ni fan service forzado, todo está en su medida justa. Y aún más importante, la serie logra con méritos propios que al fin podemos comenzar a dejar de extrañar a ese primer amor.

El viaje de Jimmy por esta temporada nos deja la sensación de que es la primera vez que conocemos realmente al personaje. Ya no podríamos volver a mirar al Saul Goodman de Breaking Bad con los mismos ojos, y al igual que lo de Mike, son cosas dolorosas para el fan, pero que también hacen crecer aun más la obra original. Profundizando más en lo que significa Saul Goodman para esta conexión con Breaking Bad salta la pregunta de si esta actitud tan drástica del personaje se trata de un modo de defensa eterna contra la sombra de Chuck, o de si el personaje se ha liberado honestamente de ese pasado. Es una discusión que desconcierta durante el transcurso de toda la temporada, y parte importante de ese desarrollo nos lleva al precioso décimo y último episodio. “Ganador” es derechamente el episodio más doloroso de toda la serie, tanto por lo anteriormente mencionado en el arco de Mike, hasta este capítulo crucial y rompecorazones sobre la relación de Jimmy y Chuck. Es simplemente maestro.


Better Call Saul es tan grande que puedes agarrarla de cualquier lado y seguirá siendo una joya. No importa si no viste Breaking Bad, porque ha logrado sustentarse a sí misma desde un principio. Logró ganarse su espacio con una suma de personajes que siempre fueron excepcionales, y quienes lograron justificar la existencia de una serie que nadie debería perderse. Quedará una última temporada pendiente que tendrá que cerrar definitivamente la historia. ¿Se sumará Walter White? La espera será larga.


Por Andrés Leiva

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