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4/27/23

[Libros] Simón Pesutic muestra su otra veta artística más allá de la actuación y lanza libro de poesía: “Es un pedacito honesto de mí”

Por largos años se ha podido ver a Simón Pesutic (29) como integrante de exitosas teleseries nacionales en gran parte de los canales de televisión, primero TVN, luego Canal 13 y actualmente Mega, en donde da vida a “Gabriel Rodríguez” en “La ley de Baltazar”. Pero más allá de su faceta como actor, Pesutic tiene un lado poco conocido masivamente: escribe poesía y todo eso lo ha volcado en el lanzamiento de su primer libro, titulado “Palabras Marchitas”. 


Es que el ex protagonista de exitosas producciones dramáticas como “Pobre rico”, “Sres. papis” y “Juegos de poder” debuta públicamente con un poemario bajo el amparo de la editorial Otros Libros. Éste se encontrará a la venta desde este jueves 27 de abril en otroslibros.cl, además de en algunas librerías Qué Leo y librería Lolita. 

Simón tiene una historia de larga data con la poesía. Todo se remonta a sus 15 años de edad aproximadamente, cuando de manera intuitiva e influenciado por algunos autores como Claudio Bertoni, Jorge Teillier, Alejandra Pizarnik y Charles Bukowski, entre otros, comenzó a hilvanar ciertos versos sueltos que no respondían a otra cosa más que a una sensibilidad que quizás era, en algún punto, poco común a su edad. “Estos autores y algunos otros, además de la música que escuchaba en esa época, fueron dando forma y vida a lo que luego se transformó en un pasatiempos que me permitía conectarme con mi sensibilidad, habitar mis fantasías y construir narrativas que me hicieran la vida -si se quiere- más entretenida”, rememora Pesutic. 

Dentro de ese contexto, el intérprete cuenta que “he sido toda la vida una persona muy sensible, melancólica y desde ese lugar empecé a escribir. Desde las fisuras. Desde ‘los domingos’. Pero, sobre todo, desde el instinto, la intuición y la afición. No lo hacía como un acto tan consciente ni metódico, simplemente sucedía. No tenía pretensiones concretas. Escribir un poema era una especie de bálsamo para aplacar un poco esa hipersensibilidad que me acompaña, que me hace sentir vivo, pero, a la vez, me duele. La poesía, en ese sentido, se transformó en un espacio terapéutico para mí”. 

“Durante mi primera etapa escribiendo, empecé a subir mis poemas a un blog que titulé ‘Un poco de aire movido por los labios’, cita de uno de mis poemas favoritos de Jorge Teillier (‘Despedida’), pero sin la intención de publicitarlo o de tener una vida de bloguero. Tenía que ver con una cosa práctica: en tiempos donde no existían las ‘nubes virtuales’ para almacenar documentos, básicamente quería que mis poemas no se perdieran. En ese tiempo, además, sólo fantaseaba con la idea de publicar, pero lo cierto es que nunca fue una realidad tangible para mí”, agrega el actor. 

En base a lo anterior, explica que “esto tenía varios motivos. Primero, estaba el pudor que me daba -y por momentos me sigue dando- de compartir esa intimidad con el resto del mundo. Una mezcla entre pudor, vergüenza y también recelo por dar a conocer mi mundo interior, y lo que eso significa. Concretamente, exponerme. Y lo segundo, estaba vinculado a mi imagen pública, ya que me sentía un poco preso de lo que la gente pensaba de mí en términos del ‘rol’ o del encasillamiento que tenía en mi trabajo como actor. Me refiero a la imagen de ‘niño bueno o bonito’. Sentía que esa imagen estaba muy disociada de lo que escribía y me costaba salir de ese espacio… pero con el tiempo entendí que es uno solo el que se encasilla, el que se apresa de su propia imagen. Y finalmente hice consciente, después de años, que uno puede ser muchas cosas al mismo tiempo, sin dejar de ser uno mismo. Y, en efecto, esa es la gracia de la vida y del ser uno mismo… los contrastes. Sin embargo, me faltaba madurez para entenderlo en esa época. Hoy lo entiendo, y soy consecuente con eso. Me parece identitario”. 

De esta manera y con la decisión tomada de publicar, es que Simón llegó a Otros Libros, editorial independiente fundada por el estudio de diseño creativo Otros Pérez encabezado por Jerónimo y Catalina Pérez: “Conocí el trabajo editorial de ellos y lo primero que llamó mi atención fue su leitmotiv”: ‘libros extraordinarios’. Más allá de seguir o no una línea editorial rígida, se centraban en los procesos, en sus contenidos y en el objeto propiamente tal. Eso me hacía todo el sentido del mundo, y tenía mucho que ver con lo que yo quería para mi proyecto”. 

El actor añade a lo anterior que “empezamos a trabajar el texto en junio del 2022, en conjunto con la editora Ana Leal-Plaza, hasta llegar a su versión final en diciembre del mismo año. El trabajo de Ana fue fundamental para desmalezar el manuscrito, pulirlo y construir un relato que se sostuviera a lo largo de las 140 páginas del libro. Enero y febrero de este año fueron parte del proceso de diseño, para ya en marzo entrar en imprenta y dar vida a este libro genuino, auténtico y que está hecho con mucha dedicación, de manera muy artesanal y, al mismo tiempo, muy cuidada no sólo en el texto, sino también en el diseño, en el objeto en sí mismo. En ese sentido, creo que logramos un libro que no sólo tiene valor por su contenido, sino también por su propuesta estética y formato. Y eso, sin duda, no hubiese sido posible sin Otros Libros”. 

Concretamente, en “Palabras Marchitas” se encontrarán, de acuerdo a lo que adelanta su autor, con “un pedacito honesto de mí. Aquí están mi sensibilidad, mis narrativas, mi imaginario y mis vulnerabilidades. Esta es parte de mi manera de ser y de padecer el mundo. No diría que aquí soy más yo, pero sí que este es mi espacio más íntimo y vulnerable. Es cierto que actuar me representa tanto como escribir, pero en este espacio me reconozco más que en escena”, poniendo énfasis en que “este es un libro que no está dedicado a nadie en particular. Y aunque hay un hilo conductor, cada poema está puesto en ese lugar no de manera aleatoria, sino porque es parte de un relato. Es así como el primer poema del libro, ‘Fugacidad lenta’, es un poco la declaración de principios e intenciones de lo que se van a encontrar en el resto del poemario. Ese primer poema es la silueta del resto de los poemas”. 

En cuanto a lo que se refiere a su proceso personal en este libro, Pesutic confiesa que “para mí es un acto valiente porque no sólo significa exponerme íntimamente, sino que tiene un componente bisagra e identitario en mi vida. Es mi primer proyecto personal. A lo largo de casi 12 años me he pasado la vida actuando y trabajando para otros, en proyectos en los que soy convocado. Hoy, por primera vez, estoy revelando un proyecto absolutamente personal e ideado por mí, por lo que este libro definitivamente es mi proyecto más íntimo y personal. Es un pequeño salto al vacío, hacia un espacio desconocido para mí, y que estoy asumiendo con todas sus consecuencias. Y si bien es cierto que probablemente no voy a vivir de los libros, este libro me ha dado vida”.

10/05/18

[Reseña libro] Las Renegadas: Una joven escritora lee a Gabriela Mistral

Volver sobre la poesía que ya habíamos leído, siempre es una experiencia nueva. Creíamos saber de qué trataba, pero descubrimos aristas que no habíamos contemplado, lo cual transforma nuestro pensamiento y sentimiento. Esta experiencia ocurre cuando leemos la antología Las renegadas, publicada por Lumen (Penguin Random House). La selección y prólogo están a cargo de la talentosa Lina Meruane, por lo que esta antología reúne a dos mujeres importantes de la literatura nacional, que no confluyeron en el tiempo, pero sí en la pasión y amor por la literatura.


Lina Meruane homenajea la pluma de Mistral, recogiendo los poemas que tienen como tema central a las mujeres, aquellas que de alguna u otra forma han abandonado los parámetros impuestos por la sociedad, para ir en busca de otros ideales. Por esa razón, la palabra renegada, es significativa en todos los sentidos posibles. Y en este gesto, la sensatez de Meruane sorprende porque finalmente, vuelve a dar un significado a los poemas de Gabriela Mistral y da cuenta del por qué leerla hoy en día, es tan necesario. Justamente, estamos en una deconstrucción y, al mismo tiempo, resignificación de nosotras mismas, en el cuestionamiento sustancial de cómo somos, cuál es nuestro espacio y cómo nos armamos desde nuestra propia naturaleza, abrazando los ideales que soñamos sin las normas patriarcales de por medio.

Ahora bien, y tal como comencé esta reseña hablando del retorno, volver a Mistral es iniciar un camino que ya habías recorrido, pero que por alguna razón se vuelve excitante, apasionante e inesperado. Te atrapa y no te suelta hasta que logras entender que la poesía de Gabriela logró reunir y darle un espacio necesario a la diversidad de mujeres, con las que quizás compartió, escuchó, observó o simplemente habitaban su imaginación. En su escritura habitan las antiguas y nuevas generaciones, y en ese sentido su figura se transforma en una visionaria y en un espejo que camina entre las generaciones. Desde donde se encuentre nos vuelve a interpelar y a hablar desde el lugar de la grandiosidad y genialidad de su literatura.

Mención más que necesaria y especial para el prólogo de Meruane, quien logra cautivar con el relato de su experiencia como lectora desde la adolescencia, de la poesía de Gabriela Mistral. Titulado como “Una en mí maté”, da cuenta de cómo la figura de la poeta, tan mal leída por la sociedad de nuestros tiempos, se transformó en una ardiente inspiración para quienes hemos soñado con escribir. Así, nos relata cómo su lectura fue transformadora, al señalar que: “En mi lectura se ascendieron las voces de tantas mujeres que, como ella, se habían apartado del recorrido que les señalaba su tiempo. Mujeres que, siguiendo el oscuro mandato de la poeta -una en mí maté… ¡vosotras también matadla!-, habían aniquilado a la que en ellas eran sumisa y sedentaria”.

Como recomendación, ojalá el acercamiento a este libro sea desde la soledad física, pero en compañía de sí misma porque para leer a Mistral y Meruane no se necesita más que tenernos a nosotras, para soñar a través de la palabra. Donde estés que este libro te transforme y te inspire a seguir tus ideales más profundos y oprimidos.

Por Belén Gajardo

6/24/18

[Reseña libro] Álbum de toda especie de poemas (Antología personal) de Enrique Lihn: La atemporalidad de la poesía

La poesía de Enrique Lihn aún nos cautiva y sorprende. Justo cuando se cumplen 30 años de su muerte, se publica Álbum de toda especie de poemas, una antología personal que Lihn preparó antes de morir para el sello Lumen. Lo interesante es que los poemas que recoge esta antología son aquellos que Lihn eligió, mostrando así una voz capturada en el tiempo, representativa de su creación y pensamiento.


Álbum de toda especie de poemas también incluye Mester de juglaría, que fue publicado un año antes de su fallecimiento. Son siete poemas largos que se agrupan para dar a conocer la obra de Lihn en España. Todas estas creaciones líricas son antecedidas por un maravilloso prólogo en el que el escritor plasma una especie de autobiografía, en la que vemos la genialidad de su pluma, pues el relato de su vida está contado como si fuese un gran poema en prosa y es en este punto que entendemos por qué sigue siendo un eco inacabable de la literatura chilena.

Los poemas que aparecen en este álbum son tal y como lo dice su nombre, ya que no se los puede encasillar en una temática. No obstante, podemos mencionar aquellos temas a los que Lihn dedicó sus versos, como la ciudad, la belleza, el amor, los juegos; todo esto escrito con su tono inconfundible de ironía y nostalgia. Sin embargo, este libro nos da la clave de la poesía de Enrique Lihn, que es imposible de categorizar. Si lo hiciéramos, reduciríamos su escritura y la figura que él escogió entregar.

Me permito mencionar dos de mis poemas favoritos, en los que a mí modo de ver, aparece la compleja e inabarcable figura del escritor: “porque escribí” y “La pieza oscura”. El primero es casi una declaración de las razones de su labor como escritor, en el que logramos entender como lectores, la riqueza del conocimiento gracias a las letras. A quienes nos apasiona la literatura podemos encontrar allí una identificación de lo que sentimos y lo que experimentamos cuando nos acercamos al mundo con los ojos de la escritura y la lectura. Parece ser que las letras más nos regalan que lo que nos quita.

Y el segundo, “La pieza oscura” se erige sobre los versos que aluden a la perdida de la inocencia del sujeto lírico, pero también a la figura del escritor como un sujeto suspendido en el tiempo, a quien la rueda de la vida ha dejado en las fronteras, para observar y ser el transmisor de sensaciones y saberes. Además, identifica su lugar en el mundo y lo legitima como un sujeto que no se adapta al mundo, sino que este se adapta al poeta. Por medio de su boca y letra aparece otro mundo, aquel que no logramos visualizar e interpretar.

Por eso, leer a Enrique Lihn es atemporal, porque su poesía captura el acontecer del mundo, sin envalentonar los hechos. La voz mundana traspasa el tiempo y eso hace que esta poesía no se olvide, sino que nos sorprenda cada vez que volvemos a ella donde además descubrimos nuevas sensaciones y significados de una poética mundana y grandiosa.

Por Belén Gajardo

2/02/18

[Reseña libro] La Luz cae vertical de Leonel Lienlaf: La persistencia de la memoria ancestral

“Pewmagen/ Kuifike pvji tvfamew umagtulu/Ñi fvcakeceyem ñi peumagen/ Rakizuam vnmu umagtulu/Ñi fvcakeceyem ñi peumagen/Rakizuamvnmu umagtulu/Kiñe antu wvñoael/ Tvfaci ñi aiñ mapumew/Zoy yeple wanglen amuy /Zoy yeple wanglen amuy/Ka rpv pvle miawi/Fey mvtvm Kimi cew ñi/Pukintuyawvn”

“Yo soy la visión/ de los antiguos espíritus/ que durmieron en estas pampas. / Soy el sueño de mi abuelo/que se durmió pensando/ que algún día regresaría a esta tierra amada/ Él se fue de viaje/más allá/ del horizonte de los sueños”


La luz cae vertical es una antología bilingüe que recoge la creación poética de Leonel Lienlaf, publicada por el sello Lumen de la editorial Penguin Random House. El libro integra desde Se ha despertado el ave de mi corazón (1990) hasta Epu Zuam (2016), además de algunos poemas rescatados y otros que Lienlaf escribió especialmente para esta entrega. Su primer poemario lo hizo merecedor del premio Municipal de Literatura de Santiago en 1990.

La escritura de Lienlaf tiene una impronta única, no sólo porque en su escritura conviven dos lenguas significativas para el poeta, el mapuzungun y el castellano; sino también porque en su contenido encontramos la persistencia de sus ancestros, la cosmovisión e historia del pueblo mapuche latente en cada palabra, en cada verso.

En su producción literaria encontramos poemas que retratan la conformación del mundo y junto con ello la cosmovisión de su pueblo. Los paisajes con su flora y fauna, también encuentran un espacio amplio en la poesía de Lienlaf; además de rescatar la voz de los ancestros y de sujetos tan importantes para la historia mapuche como lo fue Lautaro. A través su creación lírica, la figura del poeta vuelve a ser la del hablante, la del sujeto que enuncia los aconteceres de su pueblo, pero también la trascendencia de los sueños, la grandiosidad de la naturaleza, las batallas históricas y la lucha constante de su pueblo.

Es en la escritura donde Lienlaf invoca a la naturaleza y le da vida a la lluvia, a los ríos, los canelos, pinos, vientos, animales y aves. En ella, se personifican los fenómenos de la naturaleza y los animales, dando cuenta de la fraternidad y conexión que existe en este mundo, entre humanos y todo aquello que es parte de la naturaleza. No obstante, esto sólo puede ser entendido por quienes se alejen de la banalidad.

En la poesía de Leonel Lienlaf las aves hablan, y parece tan esclarecedor el hecho de que su primer poemario se titule Se ha despertado el ave de mi corazón, dando cuenta de una luz que emana desde su interior, que podría ser la palabra que intenta salir, volar hacia al exterior y lograr conmover a quien pase por sus escritos.

El hecho de que su escritura sea bilingüe también nos indica la subsistencia de una lengua materna, en plena convivencia con una cultura huraña y hostil como la nuestra, y esto último se demuestra en lo poco y nada que sabemos del mapuzungun. En la antología aparecen poemas escritos en castellano y mapuzungun, excepto Kogen (2014), que dan cuenta del ejercicio habitual del poeta. Mas también se presenta como un llamado a rescatarla y a integrarla, al menos como reconocimiento de nuestra conformación mestiza. 

Elvira Hernández, poeta chilena, señaló sobre Leonel Lienlaf: “(…) voz del eterno retorno de los antiguos espíritus mapuche. Poeta del canto y del hablar de la tierra –el mapuzungun-, su belleza y sus dolorosas verdades. Apertura de un mundo que nos subyace. Plena escritura de este tiempo”. Y me parece pertinente terminar con esta cita, para entender la grandiosidad y sensatez de un poeta que conmueve, del cual aprendemos a despojarnos de una era banal y a rescatar las voces y memorias de nuestros antepasados, la conformación de nuestra tierra y por sobre todo, visibilizar las verdades de un pueblo doliente, que persiste en la búsqueda de justicia. Como lectores, tenemos una tarea con la poesía de Leonel Lienlaf: revisar la verticalidad con la que nos enfrentamos al pueblo mapuche, cuando debiese ser una mirada horizontal y fraterna.


Por Belén Gajardo

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